Judiciales
Triple Crimen: Denegaron salidas transitorias a Kielmasz
Está cumpliendo prisión perpetua por el triple crimen ocurrido en Cipolletti en 1997.

El juez de Ejecución Penal de General Roca, Juan Pablo Chirinos, denegó la incorporación al régimen de salidas transitorias del interno Claudio Kielmasz y ordenó que se “ajuste el programa tratamental” que está recibiendo en la Colonia Penal Federal N° 4 de Santa Rosa, La Pampa. La sentencia fue dictada el 17 de mayo, al resolverse una nueva solicitud del interno de ser incorporado al beneficio. Similares planteos ya habían sido rechazados en abril de 2013 y en marzo de 2014, tras haber concluido el juez en aquellas instancias que “el Sr. Kielmasz no puede empatizar con otras personas” y que ello obstaculiza su “respeto a los derechos de terceros”.
Al resolver el nuevo planteo, Chirinos destacó los avances que hasta julio de 2015 había alcanzado el interno gracias al buen vínculo tratamental afianzado con una Licenciada en Psicología de la Unidad Federal de Río Gallegos, donde se encontraba alojado. Sin embargo, destacó el retroceso evidenciado luego de que se le asignara una nueva psicóloga tratante a raíz del retiro de la primera. “No supieron, no quisieron o no pudieron entablar un vínculo tratamental lo suficientemente sano como para lograr la continuidad del tratamiento”, concluyó el juez, afirmando que ese “quiebre” derivó en “una seguidilla de sanciones” que redujo las calificaciones del interno y que llevó a que el Servicio Penitenciario revocara su anterior dictamen favorable para las salidas transitorias.
En esas circunstancias Kielmasz fue trasladado primero a la Unidad Federal 12 de Viedma y luego a la Unidad 4 de Santa Rosa. Además, resultó procesado por el presunto delito de amenazas contra una docente del Penal de Río Gallegos y denunció penalmente a su nueva profesional tratante. “La llegada de una nueva tratante mostró cómo se repetían patrones anteriores con denuncias penales para no ser atendido por esta persona. Este es el camino elegido por el interno, camino que claramente lo margina de los beneficios solicitados”, indica la sentencia.
En la resolución el juez enumeró las circunstancias que “muestran un claro retroceso” en la situación del interno y precisó que su traslado desde la unidad de Viedma a la de Santa Rosa respondió a una denuncia de agresiones -con lesiones constatadas- y a una sentencia del Juzgado Federal de Viedma sobre las condiciones generales de detención en la U12 y al resguardo de los internos allí alojados.
En su consideración final el juez indicó: “Creo que el interno debe (…) trabajar para ‘fortalecer sus recursos personales para enfrentar los hechos, sobreponerse al impacto del daño causado, sentir empatía y solidaridad con el sufrimiento de otro, fortalecerse para el futuro y descubrir un nuevo sentido a su vida, mientras esté cumpliendo condena y tras su egreso’. Este trabajo no puede hacerlo solo, debe trabajar con los profesionales de las unidades donde se aloja y el camino de las amenazas sólo logra marginarlo cada día mas”. Es por eso que Chirinos remitió información relevante a la unidad penitenciaria de La Pampa para que “ajuste el programa tratamental” a las nuevas circunstancias del interno.
Kielmasz se encuentra cumpliendo una condena firme de prisión perpetua por el triple crimen ocurrido en Cipolletti en 1997, del cual resultaron víctimas las jóvenes María Emilia y Paula González y Verónica Villar. Fue declarado “coautor de secuestro agravado y reagravado seguido de muerte” y condenado en julio de 2001, aunque está detenido desde fines de diciembre de 1997. Aunque están cumplidos los plazos que prevé la Ley de Ejecución de Penas para la solicitud del beneficio de salidas transitorias, el juez de Ejecución ha considerado en sus últimas sentencias, sobre la base de múltiples informes periciales, que el interno aún no está en condiciones psicológicas de acceder sin custodia al medio libre.
Judiciales
Compra fallida en Mercado Libre: Condena para una ferretería
Compró una máquina de soldar pero el producto nunca funcionó correctamente. El consumidor será indemnizado.

Un consumidor que compró una máquina de soldar a través de la plataforma Mercado Libre denunció que el producto no funcionaba correctamente. A pesar de los reclamos, no obtuvo una solución por parte de la empresa proveedora, que terminó negándole la devolución del equipo y le atribuyó el desperfecto a un mal uso. La situación derivó en una condena contra la ferretería, a la que el juzgado de Paz de Cinco Saltos consideró responsable de vulnerar los derechos del cliente. La sentencia incluyó el pago de indemnizaciones por daño patrimonial, daño moral y daño punitivo.
El comprador relató que, desde el primer intento de uso, la máquina carecía de potencia para realizar una soldadura, incluso al máximo de su capacidad. A partir de allí, inició una serie de comunicaciones con la ferretería a través de los canales dispuestos en la plataforma de E-commerce. En respuesta, la empresa Bulfer Ferretería Industrial solicitó el envío del equipo para su revisión. Según la presentación, luego de aproximadamente dos meses, el aparato volvió con la misma falla.
Frente a la persistencia del problema, el consumidor volvió a reclamar. Esta vez, la empresa le pidió un video como prueba del desperfecto. El comprador accedió, pero la respuesta fue nuevamente insatisfactoria. En una nueva instancia, le solicitaron reenviar la máquina, lo que dio lugar a un nuevo intercambio donde la empresa aseguró no haber recibido el producto o indicó que aún no había sido revisado. Finalmente, notificó que la máquina presentaba abolladuras y golpes que atribuía a un mal uso, aunque el cliente advirtió que el código de control no coincidía con el del equipo que había enviado originalmente.
El reclamo judicial se encuadró como proceso de menor cuantía bajo la ley de Defensa del Consumidor. Tras ser notificados, Mercado Libre y Bulfer Ferretería Industrial fueron convocadas a audiencia. Mercado Libre respondió y participó del encuentro, mientras que la empresa vendedora no se presentó ni presentó descargos. Posteriormente, el consumidor desistió de su pretensión contra Mercado Libre y continuó solamente contra la ferretería.
El fallo reconoció la existencia de una relación de consumo y subrayó el deber de los proveedores de respetar los principios de trato digno, buena fe e información clara y veraz. La inasistencia de la demandada habilitó a tener por reconocidos los hechos presentados por el cliente. Con la prueba documental, el juez de Paz resolvió condenar a la ferretería por incumplimiento contractual.
La sentencia ordenó el pago de una suma en concepto de daño patrimonial, correspondiente al valor del producto adquirido. También reconoció un daño moral, vinculado al padecimiento generado por el trato recibido y la necesidad de litigar para ejercer sus derechos. Finalmente, impuso una suma en concepto de daño punitivo, como consecuencia de la conducta desaprensiva del proveedor y en resguardo del principio de dignidad del consumidor.
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Confirmaron la paternidad de dos niños: El hombre sabía, pero nunca los reconoció
Se negó a reconocer a colaborar en su crianza y a cumplir con cualquier obligación alimentaria.

Un fallo del fuero de Familia de Luis Beltrán confirmó la paternidad de dos niños tras hacer lugar a un proceso de filiación. La sentencia subraya que el hombre conocía desde el inicio que era el progenitor, pero se negó a reconocer a sus hijos, a colaborar en su crianza y a cumplir con cualquier obligación alimentaria.
La causa fue impulsada por la madre de los niños. En su presentación relató que había mantenido una relación conflictiva con el padre, marcada por hechos de violencia y una denuncia por abuso sexual intrafamiliar que motivó su alejamiento. Dijo que los embarazos fueron conocidos por el progenitor y su familia, pero que él se negó sistemáticamente a reconocer a los niños.
Ambos nacieron en hospitales públicos de la provincia y fueron inscriptos únicamente con el apellido materno. La mujer sostuvo que se encontraba en una situación económica crítica, sin ayuda ni acompañamiento. Solicitó el reconocimiento legal de la paternidad y alimentos provisorios para garantizar la subsistencia de sus hijos.
El expediente se inició el año pasado. El juzgado ordenó una prueba genética y notificó al padre para que se presentara a la extracción de muestras. No asistió. Ante su incomparecencia, se fijó una segunda fecha. Finalmente, se logró realizar la pericia. El informe del laboratorio confirmó con un grado de certeza superior al 99,999999996% la paternidad del demandado.
La jueza sostuvo que el juicio de filiación es de «neto corte pericial» y que la prueba genética practicada fue suficiente para acreditar la existencia del vínculo paterno-filial. Recordó que el artículo 579 del Código Civil y Comercial de la Nación contempla expresamente las pruebas genéticas en este tipo de procesos y que la jurisprudencia las considera la prueba por excelencia.
Citó doctrina que sostiene que «una persona necesita saber quién es, cuál es su origen y quiénes son sus padres para ejercer su derecho a la identidad». También remarcó que el artículo 7° de la Convención sobre los Derechos del Niño reconoce el derecho del niño a conocer a sus padres y que el artículo 8° obliga al Estado a preservar la identidad, sin injerencias.
Afirmó que cuando existe un vínculo biológico no reflejado en el plano jurídico, debe reconocerse el derecho a lograr un estado de familia conforme a la verdad genética. Señaló que el resultado de la pericia impone al juez la obligación de modificar los registros del Estado para que reflejen la realidad.
Indicó que no hubo controversia ni prueba en contrario, y que el silencio y la inacción del progenitor no hicieron más que reforzar el valor de la pericia. «Tengo un grado de certeza indubitada. El demandado es el padre biológico de los niños», concluyó.
El fallo ordena modificar las partidas de nacimiento de ambos niños. Autoriza que conserven solamente el apellido materno, como pidió la madre. La jueza explicó que no corresponde que la madre afronte gastos judiciales cuando actuó en representación de sus hijos para garantizar derechos fundamentales.
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Grave denuncia contra la SENAF: Una madre lleva 72 días sin poder ver a sus hijos
La mujer volvió de su trabajo y sus niños no estaban más en su casa. «No me dan explicaciones claras de qué pasa», indicó. Los niños tienen 10 años y un bebé de un año y medio, en plena etapa de lactancia.

Una mujer de 31 años denunció una intervención irregular por parte de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF), que habría derivado en la abrupta separación de sus dos hijos: una niña de 10 años y un bebé de un año y medio que aún se encontraba en etapa de lactancia.
Según relató Belén Stefanich en diálogo con Ahí Vamos (de lunes a viernes de 7 a 9 por La Super FM 96.3), el hecho ocurrió el pasado 5 de marzo, mientras ella se encontraba trabajando. Ese día, representantes de la SENAF habrían retirado a los niños del hogar sin previo aviso ni orden judicial. Al regresar, la madre encontró su casa vacía y fue informada de una supuesta medida de restricción por 90 días. Asegura además que, al intentar obtener respuestas, fue retenida por más de dos horas en una Comisaría sin que le mostraran ningún documento oficial que justificara la acción.
La joven dijo «no tengo claro si quienes solicitaron la intervención del organismo fueron mis padres, con quienes tengo una relación conflictiva desde hace mucho tiempo, o mi ex pareja y padre de mis hijos, con quien me separé por hechos de violencia».
«Llevé a mi hija a su primer día de clases con mi bebé. Fui a trabajar y mis hijos quedaron a resguardo de su padre. Cuando volví, no estaban. Pasaron más de 72 días y sigo esperándolos cada día, cada noche. Me los sacaron», expresó Belén.
Desde su entorno legal sostienen que no existe ningún procedimiento previo que fundamente una medida tan extrema: no hay informes socioambientales, ni denuncias graves previas, ni evaluaciones técnicas que indiquen un riesgo concreto para los menores. «No me dan explicación de qué fue lo que sucedió. Nadie dice nada. Mis hijos siempre vivieron conmigo», agregó.
La situación es aún más grave considerando que ya pasaron 72 días desde que la madre fue apartada de sus hijos, sin poder verlos ni comunicarse con ellos, pese a que el vínculo con ambos -especialmente con el más pequeño, en etapa de lactancia- era cotidiano y cercano.
El expediente se tramita en la Unidad Procesal 16. Los abogados de la madre advierten que no hay fundamentos legales claros que respalden una medida tan severa, y que la celeridad con la que actuó la SENAF contrasta con otros casos mucho más graves donde el organismo no interviene con la misma rapidez. Esto, según plantean, abre la sospecha de posibles presiones o intereses externos que podrían haber influido en la resolución del caso.