Seguinos

Opinión

¿De qué hablamos cuando hablamos de pobreza y grietas?

Por Juan José Tealdi, Coordinador Corriente Nacional “Igualdad y Participación” del Partido Socialista.

el

En estos días se ratificaron las cifras de pobreza en nuestro país y comenzaron las discusiones si la responsabilidad es del Kirchnerismo o del Macrismo. Unos dicen que dejaron el país con menos del 10% de pobreza y los otros dicen que heredaron casi el 30 % y que la cifra del 35 % es por la inercia también heredada.

La primera reflexión es que detrás de esos porcentajes hay personas, niños, adultos, ancianos que sufren. Los niños con hambre y sin techo ya están condenados a no lograr un desarrollo pleno de sus potencialidades, los adultos con sus expectativas frustradas y sin esperanzas y los ancianos desamparados en la edad donde más necesidad de ayuda y acompañamiento necesitan. Y son millones en un país con algo más de 40 millones de habitantes. La cifra se hace más absurda cuando analizamos los pocos habitantes que somos respecto a la superficie de nuestro país, superficie que mayoritariamente ofrece abundante sustento para muchos millones más.

Y es a este punto donde queríamos llegar.

El problema no es de desarrollo económico ni de crecimiento como les gusta decir a los economistas. Ni siquiera es de producción. Tenemos territorio, minerales, suelo fértil, agua, clima, bellezas naturales, fábricas, Escuelas y Universidades, capacidad científica y técnica. Hay alimentos de calidad en cantidad, hay manufacturas y cadenas de distribución. Podemos discutir el modelo productivo vigente y sus consecuencias ambientales pero lo que no admite duda es que así como está produce mucha riqueza material. Entonces ¿qué es lo que sucede para que haya tanta pobreza?

La respuesta va más allá de uno u otro gobierno, aunque los gobiernos han tenido y tienen su cuota de responsabilidad. El problema de fondo está en la propia matriz del sistema capitalista: su lógica es la de la acumulación de ganancias, ya sea produciendo o especulando, su objetivo es acumular mucho y desparramar poco, lo menos posible, lo imprescindible para evitar protestas sociales que pongan en peligro la subsistencia de este modelo. Por ello cuando pueden influir en las decisiones del gobierno regatean al máximo los presupuestos sociales, de salud y de educación, desalientan al pequeño y mediano productor y aplastan los sueldos públicos y privados a niveles de subsistencia, tal cual lo descubierto hace más de ciento cincuenta años por Carlos Marx y Federico Engels.

Dentro de esa característica del sistema algunos gobiernos de origen popular, contrariando a sus bases, destruyeron empleo y conquistas sociales como en la cercana década menemista y otros atemperaron un poco repartiendo migajas de los millones que embolsaron las grandes empresas por las exportaciones de soja o minerales, como la más cercana década Kirchnerista.

Desde que somos una Nación insertada en el sistema capitalista mundial (fines del siglo XIX) las luchas y las conquistas políticas, gremiales y distributivas por parte del conjunto social trataron de poner freno al apetito insaciable de quienes concentran la riqueza, y ellos respondieron con represión y fraude mientras pudieron, con condicionamientos y golpes de estado a la democracia al agotarse la posibilidad del fraude y hoy lograron un triunfo impensado: llegaron al gobierno por el voto popular, lo que constituye un enorme fracaso de los partidos populares y, lo que es más grave aún, una gran derrota cultural de nuestra sociedad.

Ese pequeño grupo tiene pocos apellidos y, mayoritariamente, se constituye a partir de los terratenientes de la provincia de Buenos Aires que se apropiaron de las tierras antes ocupadas por los pueblos originarios, esos mismos luego se fueron mezclando con las multinacionales y pasaron a co-gerenciar las principales industrias y hoy también forman parte del sector especulativo financiero.

Tienen el dominio casi total por parte de la mal llamada “opinión pública través del dominio de los medios masivos de comunicación y, desde ahí, montados sobre el fracaso y corrupción de los gobiernos de los partidos populares lograron la actual situación política: Que la sociedad legitime un gobierno de los capitales concentrados cuyo objetivo central es seguir acumulando a costa del trabajo y el sacrificio de la mayor parte de quienes lo votaron. Toda una contradicción que habrá que superar.

Por ahí pasa la real grieta. Entre los pocos que todo lo tienen y nunca se conforman y los que tienen menos o poco y luchan como pueden para lograr una calidad de vida acorde a su condición humana.

Esa grieta solo se salda caminando hacia la igualdad y para ello no hace falta producir más, solo hay que distribuir equitativamente lo que hay. Un primer paso es que llegue democráticamente al gobierno un espacio político que supere los errores de gobiernos de tinte popular que fracasaron o se corrompieron. El segundo paso es que ese gobierno – con fuerte respaldo social – tome las medidas de redistribución de la renta que pueden comenzar a construir igualdad: Por ejemplo, grabar con impuestos la renta financiera y las grandes actividades extractivas (minería, hidrocarburos, grandes productores y exportadores de cereales y aceites) y paralelamente reducir los impuestos populares como el IVA y ganancias a los asalariados. Esto generará condiciones propicias para que la sociedad, liberada de la urgencia del hambre, discuta y vaya resolviendo democráticamente un nuevo sistema productivo y distributivo para superar el actual que depreda a la sociedad y al ambiente.

Esa es la verdadera grieta y ese es un camino posible para reducirla o eliminarla en beneficio del conjunto de nuestra sociedad.

 

Juan José Tealdi.
Coordinador Corriente Nacional “Igualdad y Participación” del Partido Socialista.-

Advertisement
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Opinión

El problema de la Argentina, es político

Nota de opinión por Federico Vasches, integrante del Observatorio de Políticas Públicas y Sociales de Río Negro.

el

Me pregunté bastante estos últimos días de qué manera podría colaborar, no tanto en un caso puntual como el de una colecta de insumos necesarios para atender un incendio en la zona del el Bolsón, sino en general, para llevar un poco de luz al momento que estamos atravesando.

Básicamente, me pregunté ¿qué se puede aportar en tiempos de desregulación, inclusive del sentido?

Si acordamos que el año pasado (2024) fue el de buscar culpables institucionales o sociales y por ende emprender batallas generales, este todavía no queda claro por donde podría transcurrir.

No nos olvidemos de las masivas marchas por el financiamiento universitario, los gobernadores dando aviso de diferencias, diputados y senadores haciendo lo suyo por el quorum, reclamos multitudinarios en las calles, privatizaciones, cierres de empresas y reparticiones, despidos masivos, sindicatos en alza e inclusive la CGT que se rompió.

Ha pasado tanto en tan poco tiempo que parece que fuera una película lejana y si bien poco sentido tendría que yo se las cuente (porque todos la vivimos), estoy casi seguro que el común denominador ha sido la poca reflexión al respecto.

No me embarco en una discusión electoral (aún cuando este sea un año para ello), sino en algo más profundo, algo del sentido de las cosas, de la esencia de un sistema que a pesar y al pasar los nombres se orada y nos deja a los ciudadanos siempre en la base.

En este sentido me parece oportuno, traer esa clasificación bastante consensuada en el campo de las ciencias políticas, sobre las concepciones de la palabra “política”. Una primera “polity” que daría cuenta de la función de distribución de poder en la sociedad (algo así como el sistema político), una segunda “politics” como el juego cotidiano de actores por espacios de poder e influencia (en particular con el ejercicio de la política, negociaciones y arte de lo posible) y por último la “policy” como la acción de gobierno (en nuestro caso conocido como políticas públicas.

Este triángulo de conceptos que se interrelacionan y recobran sentido, nos permite pensar que las acciones de un gobierno democrático, electo por la mayoría, que ejerce en sus libertades y posibilidades legales el poder político con acompañamiento social, puede inclusive gobernar en detrimento de mayorías y por ende beneficiar en particular a pequeños grupos.

Este es un gobierno que no escondió, ni esconde el sentido de lo que hace, no prometió nada que no fuera a cumplir, de hecho, está honrando sus compromisos de campaña con creces.

¿Entonces dónde radica el conflicto?

A mi entender en dos aspectos que si se entrelazan aportan claridad, pero que pueden ser presentados como dos frentes de lucha casi objetivamente irrenunciables.

Me refiero por un lado el desfinanciamiento de la ciencia y la tecnología en especial, las ciencias sociales y por otro el echar culpas constantes y “embarrar” la cancha sectorial, como los únicos y grandes culpables de un sistema que no pueden cambiar esos actores.

El pensar en un modelo de desarrollo y crecimiento del país desde la inversión en ciencia y tecnología, implica no únicamente apostar a las ciencias duras o de trayectorias más reconocidas y antiguas, y a las emergentes para la innovación, modernización, sino no dejar de lado a las ciencias sociales. Castigadas, seguro, poco reconocidas también, aunque el debate puede ser extenso, pretendo que nos detengamos en considerar algo en especial. En momentos como estos en los cuales “desregular” el mercado implica a la vez poner techo a las paritarias y liberar que las empresas de telefonía, servicios, alquileres, prepagas de medicina aumenten libremente, es lo mismo que achicar el bolsillo de las/os trabajadoras/es, y este tipo de visualizaciones contextuales claramente son campo de estudio, de comunicación, de divulgación y de consolidación desde la ciencias sociales; por lo que desfinanciarlas es clave para silenciar voces calificadas.

Por otro lado, los ataques sectoriales permiten ganar tiempo para tomar mientras, medidas de fondo, llevar la atención hacia ese segmento generando discursos, odios y enojos contra los supuestos beneficios de tal o cual. Ojo que al final de cuentas y luego de tantos culpables, inclusive habiendo dejado sin trabajo a más de 70.000 empleados, los problemas (esos que les endilgaban), no se resolvieron por sí solos y hasta quizá se agravaron.

Si se está jugando un juego, quienes son dueños del tablero tienen conocimiento de las reglas, y todos los demás lo jugamos sin sentido, sin comprender, pero apurados, entregándonos por momentos y combatiendo con la claridad de quien pisa la pelota y levanta la cabeza.

Ya lo denunciaba Borges en su poema Ajedrez cuando se consultaba por la mano que movía la pieza, por el político que dentro de un sistema político juega a la política con sus propias reglas y negocia esas políticas públicas que a cuenta gotas, y pocas veces nos benefician.

Si al final de estas líneas, como yo creen que el problema de la Argentina es político (en todos sus sentidos), habrá bastante más posibilidad de diseñar una reconstrucción nacional que nos contenga, que nos represente, pero que sobre todo nos de oportunidades y claridad para entender por dónde y para dónde van a ir las cosas.

Federico Vasches
Integrante del Observatorio de Políticas Públicas y Sociales de Río Negro.

Continuar leyendo

Opinión

Cicatrix Maledictum: Secretos del Valle de la Luna

Las grietas de la tierra esconden historias que van más allá de lo visible. Por Javier Galli.

el

Foto: Javier Galli.

En lo profundo del Valle de la Luna, un paisaje que desafía al tiempo, las grietas de la tierra esconden historias que van más allá de lo visible. Las formaciones sedimentarias, moldeadas por milenios, guardan cicatrices que podrían ser el eco de un cataclismo hídrico que transformó esta región hace miles de años.

Según documentos atribuidos a una expedición científica de mediados del siglo XX, las capas de roca en el Valle no solo revelan eventos geológicos únicos, sino también patrones simbólicos que han despertado interrogantes. ¿Son simples caprichos de la naturaleza o vestigios de una civilización perdida? Entre los hallazgos reportados se encuentran conchas marinas en alturas improbables, grietas que se entrelazan formando diseños geométricos y fragmentos de lo que parecen ser estructuras petrificadas. Todo esto contribuye a la teoría del «Diluvio Negro», un evento mítico que habría devastado esta región, dejando tras de sí un paisaje marcado por la devastación y el misterio.

La serie fotográfica Cicatrix Maledictum captura la esencia de estos paisajes, transformando las bardas erosionadas y los valles desérticos en un escenario donde la naturaleza se convierte en memoria y códice. Cada imagen invita al espectador a explorar las grietas como si fueran las páginas de un libro antiguo, cargadas de significados ocultos.

«El Valle de la Luna es mucho más que un testigo geológico del tiempo. Es un espacio donde las marcas en la tierra dialogan con nuestras propias preguntas sobre el pasado y el futuro. Estas cicatrices nos hablan de eventos que superan nuestra escala humana», reflexiona el autor de la serie.

Esta propuesta artística no busca dar respuestas definitivas, sino plantear interrogantes: ¿Qué historias se esconden bajo las capas del tiempo? ¿Es posible que un cataclismo tan devastador haya dejado huellas no solo en la tierra, sino también en nuestra memoria colectiva? Las fotografías de Cicatrix Maledictum no solo retratan un paisaje, sino que invitan a una experiencia sensorial y filosófica sobre los secretos que la naturaleza guarda bajo llave.

Próximamente, la serie podrá ser apreciada en diferentes espacios culturales de la región, donde se abrirá un diálogo entre arte, ciencia y la historia invisible que yace en el Valle de la Luna.

Por Javier Galli.
Artista. Fotógrafo.

Continuar leyendo

Opinión

La ‘Curva de Verani’: Huellas de una tragedia en Allen

Se cumplieron 30 años de la misteriosa desaparición de una joven en una chacra de Allen. Por Javier Galli.

el

Foto: Javier Galli.

Cuando hablamos de fenómenos inexplicables, lo sobrenatural siempre parece rondar el límite entre lo real y lo imaginado. La historia que envuelve la chacra de la familia Menguelle, en la zona rural cercana a Guerrico, ha tomado una forma fantasmal en el imaginario popular de la región, transformándose en una leyenda que sigue inquietando a quienes la escuchan.

Todo comenzó hace más de 30 años atrás, el 12 de octubre de 1991, cuando la joven, Vanesa Menguelle, hija de una reconocida familia chacarera de la zona, desaparece inexplicablemente en las inmediaciones de la llamada ‘Curva de Verani’. La joven tenía algo en común con otros habitantes del área: una misteriosa enfermedad mental atribuida al uso de químicos para la cura de las tierras que rodeaban la chacra familiar. Con apenas 20 años, esta muchacha fue testigo de cómo su mente se distorsionaba, mientras el paisaje que la rodeaba parecía marchitarse al compás de su deterioro. Sus últimos días en la chacra fueron extraños, marcados por conductas erráticas. Algunos dicen que hablaba sola, otros aseguran que la vieron vagar entre los cultivos secos, como si buscara algo que nadie más podía ver.

Última aparición

Testigos aseguraban haber visto a Vanesa caminando sola la noche de su desaparición en dirección a la ‘Curva de Verani’. Sin embargo, nadie ha podido precisar lo que ocurrió después. Un vecino que circulaba en su camioneta la vio caminando con paso tambaleante cerca del galpón de su chacra, pero pensó que estaba volviendo a su casa. Esa fue la última vez que alguien la vio con vida.

La familia Menguelle denunció la desaparición de Vanesa al día siguiente, luego de que no regresara a casa esa noche. Las autoridades locales iniciaron una intensa búsqueda en los alrededores de la curva y la chacra, aunque sin resultados concluyentes. Personal policial de Allen y Guerrico, vecinos y trabajadores de la zona recorrieron a pie campos y galpones abandonados, sin encontrar rastro alguno de la joven.

Pero la historia de la joven no termina con su desaparición. Los accidentes en ese tramo de la ruta se incrementaron de forma alarmante tras su ausencia, pese a que las condiciones de la carretera y su iluminación eran óptimas. Testigos presenciales, en su mayoría automovilistas y camioneros, aseguran haber visto a una mujer caminando tambaleante en plena madrugada, vestida con un traje blanco que resplandece bajo las luces de los faros. El rostro siempre pálido, inexpresivo, pero lo suficientemente inquietante como para provocar distracción y, en muchos casos, accidentes.

Incluso hay quienes afirman que al detenerse para ayudarla, la joven desaparece en un abrir y cerrar de ojos, dejando tras de sí una sensación inexplicable de vacío y terror. Los informes policiales hablan de una curva en la que los accidentes no deberían ocurrir, y sin embargo, el misterio persiste. ¿Es la joven la responsable de estos siniestros? Nadie puede afirmarlo con certeza.

Los rumores en torno a la chacra maldita siguieron creciendo. Algunos habitantes del lugar cuentan que la joven no fue la única en desaparecer en ese sector. A lo largo de los años, otras historias similares han surgido. Una mujer, violada y asesinada, fue encontrada cerca de la chacra, y desde entonces, los fantasmas parecen habitar cada rincón de esas tierras.

Una versión particularmente espeluznante cuenta que algunos taxistas que recogieron a una muchacha pálida en las inmediaciones de la curva no volvieron a ser vistos con vida. Otros camioneros aseguran haber sido asaltados por la visión de una joven que, al principio, parece necesitar ayuda, pero pronto desaparece sin dejar rastro. En todos los casos, la figura de la joven vuelve a aparecer y desvanecerse, generando un temor que perdura incluso después de haber pasado por el lugar.

El tiempo ha pasado, y la chacra quedó destruida. Las paredes de la vieja casa, devoradas por el viento y la maleza, son el único testimonio de lo que alguna vez fue. Hoy, solo quedan ruinas, un espacio vacío donde la naturaleza ha reclamado lo que una vez fue suyo. Pero los rumores persisten, y los pocos que se atreven a acercarse al lugar aseguran sentir una presencia, un eco de lo que alguna vez fue la vida en ese rincón de campo. Las imágenes tomadas recientemente revelan rincones oscuros y sombríos, con detalles que parecen congelados en el tiempo. Estas fotografías, al igual que el recuerdo de Vanesa Menguelle, siguen evocando preguntas y susurrando historias que se niegan a desaparecer, como si algo aún habitara en esos parajes desolados de la ‘Curva de Verani’.

Por Javier Galli.
Artista. Fotógrafo.

Continuar leyendo
Advertisement
Advertisement
Advertisement
Advertisement