Opinión
Apología de las PASO
Nota de opinión por Brian Richmond, Politólogo e Investigador del CONICET.

Las PASO son un invento argentino. Para muchos esa sola condición basta como sentencia definitiva: no sirven, son un gasto absurdo. Una vieja tendencia a denostar lo nuestro hace que no se tome conciencia del aporte que este instrumento representa para la democracia. Por eso en este artículo realizaré un alegato en favor de las PASO, tratando de argumentar por qué contribuyen a la democratización de los partidos y del sistema político en su conjunto.
Empezaremos diciendo que las elecciones primarias existen en todo el mundo y han existido siempre, estén o no contempladas en una legislación. Los partidos políticos las han utilizado históricamente como mecanismo de defensa para evitar su fragmentación en momentos de alta tensión interna, siendo por lo general cerradas a sus afiliados.
Utilizadas principalmente para dirimir candidaturas, permiten resolver las rivalidades cuando ningún grupo logra reunir los consensos suficientes para imponer sus preferencias. De esta manera, el voto de sus adherentes le otorga a un sector la legitimidad de la que carecía para conducir el partido ante un proceso electoral.
Aunque en teoría las elecciones primarias favorecen la democratización del partido al reducir la influencia de la elite en la selección de candidatos y acercarla a las bases, esto no siempre es así. Cuando la legislación que las regula no es clara y queda al arbitrio de quienes manejan la estructura partidaria suelen oficiar como mecanismos auto-legitimantes de decisiones que ya están tomadas. Así, una serie de condiciones y requisitos de última hora para votar o para ser candidato en una elección interna pueden inclinar la cancha en favor de la lista oficial.
Más allá de estos vicios, el mecanismo tradicional de internas cerradas no suscitó grandes polémicas mientras el sistema político argentino se mantuvo en un esquema bipartidista. La cuestión se complejizó hacia finales del siglo pasado, cuando la crisis de los partidos tradicionales hizo que sea cada vez menos probable llegar al poder sin conformar alianzas, remontando la disputa por las candidaturas a un plano inter-partidario.
Ante estas situaciones los partidos aliados debían esperar a que el partido principal resuelva su interna para recién poder empezar a discutir plataforma y candidaturas de la coalición, haciéndolo siempre en condiciones de total inequidad. Al mismo tiempo las internas cerradas favorecían la endogamia y el sectarismo partidarios, ya que los diferentes sectores debían disputarse la fidelidad de sus afiliados, mostrándose reacios a negociar con otros partidos. Todas estas situaciones complicaban la conformación de alianzas, lo que hacía de la oferta electoral un archipiélago de opciones que desorientaba a cualquier elector.
Hasta aquí estoy hablando en tiempo pasado porque todas estas falencias de las elecciones internas fueron suplidas con la ley nacional 26571, sancionada hace diez años. No por nada la misma lleva por nombre “Ley de democratización de la representación política, la transparencia y la equidad electoral”. Las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias que crea esta legislación hacen que la selección de candidaturas goce de las mismas precauciones jurídicas que la elección de cargos públicos y simplifican la oferta electoral de cara a esa instancia.
Al fijar las mismas reglas de juego para todos los partidos les quita a las elites partidarias la posibilidad de ser juez y parte, dotando de transparencia el proceso eleccionario. Al ser abiertas permiten que cualquier ciudadano pueda intervenir en la elección de candidatos de un frente electoral, sin necesidad de ser afiliado a ninguno de ellos. Esto obliga a los partidos principales a abrirse de entrada a la negociación con los partidos aliados; confeccionando listas amplias, plurales y representativas de los distintos sectores para atraer a su electorado. Todos estos componentes llenan de legitimidad el proceso eleccionario y por ende a la lista que resulte vencedora, instando al resto a encolumnarse detrás.
En este sentido, quizás el principal aporte de las PASO al sistema democrático es que favorece la alternancia de los partidos en el poder porque facilita la construcción de nuevas mayorías. Por eso quienes hasta hoy pensaban que se trató de una estrategia del Kirchnerismo para gobernar ininterrumpidamente deberían tan solo remitirse a los hechos.
La Alianza Cambiemos que derrotó al oficialismo en 2015 podría considerarse como el primer producto exitoso de las PASO. Es que difícilmente el PRO, la UCR y la CC-ARI hubieran llegado a un acuerdo electoral que le permita competir con el gobierno de no haber existido esta herramienta de mediación. En aquella ocasión el filtro del 1,5%, por su parte, dejó afuera a muchos pequeños partidos de oposición cuyos votantes en las generales terminaron inclinándose hacia la única oferta electoral capaz de vencer al oficialismo.
Lo cierto es que los partidos en gobierno no suelen necesitar de una PASO para dirimir sus candidaturas, ya que por lo general llegan a ellas con lista única. Quizá por aquella máxima futbolera de que el “equipo que gana no se toca” las variaciones en las listas del oficialismo suelen ser mínimas respecto a la elección anterior, lo que hace que las PASO sean un instrumento usufructuado mayormente por la oposición.
Veamos algunos casos puntuales de la elección del pasado domingo que pueden servirnos a modo de ilustración. En La Plata el Frente de Todos estaba dividido en cinco líneas internas que parecían irreconciliables, lo que de no haber existido una PASO hubiera favorecido al gobierno municipal de Cambiemos, cuyo candidato obtuvo el 35% de los sufragios. Sin embargo, la sumatoria de los votos obtenidos por el Frente de Todos supera por 10 puntos al intendente Garro, lo que permitiría a Florencia Saintout hacerse con la intendencia. “Lo más importante es que estamos acá las cinco listas que nos presentamos. Uno solo de nosotros no habría logrado los números que obtuvimos”, dijo Saintout al reencontrarse con sus compañeros, recientes contrincantes.
Pero un caso más patente lo tenemos sobre nuestras narices, en Carmen de Patagones. Mientras algunos sectores del PJ maragato pujaban por una renovación que lleve como candidato al docente Nicolás García, otros reclamaban la vigencia del ex intendente Ricardo Curetti, y un tercer sector proponía a Gerardo Bari. De no haber existido las PASO difícilmente esta disputa se haya saldado sin fracturas, dado que ninguno se mostraba dispuesto a bajar su candidatura. Una vieja interna cerrada hubiera dejado a muchos extrapartidarios afuera de la discusión y habría dado lugar a múltiples especulaciones sobre su legitimidad.
Finalmente los tres candidatos firmaron un acuerdo para trabajar juntos después del 11 de agosto, y el 12 ya se mostraban todos reunidos. Es que de respetarse este acuerdo Ricardo Curetti debería hacerse sin problemas con la intendencia maragata (las tres listas juntas aventajan por casi 20 puntos al intendente Zara), lo que le permite empezar a negociar con sus aliados puestos en el futuro gobierno.
Muy distinto es lo ocurrido de este lado del charco. La imposibilidad de contar con las PASO para procesar tensiones inició un proceso de balcanización de las alianzas electorales que pulverizó la oferta electoral viedmense, como lo hizo en el resto de las localidades de Río Negro. No casualmente esta situación va a terminar favoreciendo al mismo partido de gobierno que derogó la ley en la provincia, impidiendo que la oposición se haga con este instrumento de unificación.
En su lugar se siguen celebrando las viejas elecciones internas cerradas, anacrónico resabio de un sistema político que no existe más. La provincia de Río Negro, que históricamente se ha caracterizado por tener una institucionalidad de vanguardia, ha quedado ahora un PASO atrás.
Brian Richmond.
Politólogo e Investigador del CONICET.
Opinión
El problema de la Argentina, es político
Nota de opinión por Federico Vasches, integrante del Observatorio de Políticas Públicas y Sociales de Río Negro.

Me pregunté bastante estos últimos días de qué manera podría colaborar, no tanto en un caso puntual como el de una colecta de insumos necesarios para atender un incendio en la zona del el Bolsón, sino en general, para llevar un poco de luz al momento que estamos atravesando.
Básicamente, me pregunté ¿qué se puede aportar en tiempos de desregulación, inclusive del sentido?
Si acordamos que el año pasado (2024) fue el de buscar culpables institucionales o sociales y por ende emprender batallas generales, este todavía no queda claro por donde podría transcurrir.
No nos olvidemos de las masivas marchas por el financiamiento universitario, los gobernadores dando aviso de diferencias, diputados y senadores haciendo lo suyo por el quorum, reclamos multitudinarios en las calles, privatizaciones, cierres de empresas y reparticiones, despidos masivos, sindicatos en alza e inclusive la CGT que se rompió.
Ha pasado tanto en tan poco tiempo que parece que fuera una película lejana y si bien poco sentido tendría que yo se las cuente (porque todos la vivimos), estoy casi seguro que el común denominador ha sido la poca reflexión al respecto.
No me embarco en una discusión electoral (aún cuando este sea un año para ello), sino en algo más profundo, algo del sentido de las cosas, de la esencia de un sistema que a pesar y al pasar los nombres se orada y nos deja a los ciudadanos siempre en la base.
En este sentido me parece oportuno, traer esa clasificación bastante consensuada en el campo de las ciencias políticas, sobre las concepciones de la palabra “política”. Una primera “polity” que daría cuenta de la función de distribución de poder en la sociedad (algo así como el sistema político), una segunda “politics” como el juego cotidiano de actores por espacios de poder e influencia (en particular con el ejercicio de la política, negociaciones y arte de lo posible) y por último la “policy” como la acción de gobierno (en nuestro caso conocido como políticas públicas.
Este triángulo de conceptos que se interrelacionan y recobran sentido, nos permite pensar que las acciones de un gobierno democrático, electo por la mayoría, que ejerce en sus libertades y posibilidades legales el poder político con acompañamiento social, puede inclusive gobernar en detrimento de mayorías y por ende beneficiar en particular a pequeños grupos.
Este es un gobierno que no escondió, ni esconde el sentido de lo que hace, no prometió nada que no fuera a cumplir, de hecho, está honrando sus compromisos de campaña con creces.
¿Entonces dónde radica el conflicto?
A mi entender en dos aspectos que si se entrelazan aportan claridad, pero que pueden ser presentados como dos frentes de lucha casi objetivamente irrenunciables.
Me refiero por un lado el desfinanciamiento de la ciencia y la tecnología en especial, las ciencias sociales y por otro el echar culpas constantes y “embarrar” la cancha sectorial, como los únicos y grandes culpables de un sistema que no pueden cambiar esos actores.
El pensar en un modelo de desarrollo y crecimiento del país desde la inversión en ciencia y tecnología, implica no únicamente apostar a las ciencias duras o de trayectorias más reconocidas y antiguas, y a las emergentes para la innovación, modernización, sino no dejar de lado a las ciencias sociales. Castigadas, seguro, poco reconocidas también, aunque el debate puede ser extenso, pretendo que nos detengamos en considerar algo en especial. En momentos como estos en los cuales “desregular” el mercado implica a la vez poner techo a las paritarias y liberar que las empresas de telefonía, servicios, alquileres, prepagas de medicina aumenten libremente, es lo mismo que achicar el bolsillo de las/os trabajadoras/es, y este tipo de visualizaciones contextuales claramente son campo de estudio, de comunicación, de divulgación y de consolidación desde la ciencias sociales; por lo que desfinanciarlas es clave para silenciar voces calificadas.
Por otro lado, los ataques sectoriales permiten ganar tiempo para tomar mientras, medidas de fondo, llevar la atención hacia ese segmento generando discursos, odios y enojos contra los supuestos beneficios de tal o cual. Ojo que al final de cuentas y luego de tantos culpables, inclusive habiendo dejado sin trabajo a más de 70.000 empleados, los problemas (esos que les endilgaban), no se resolvieron por sí solos y hasta quizá se agravaron.
Si se está jugando un juego, quienes son dueños del tablero tienen conocimiento de las reglas, y todos los demás lo jugamos sin sentido, sin comprender, pero apurados, entregándonos por momentos y combatiendo con la claridad de quien pisa la pelota y levanta la cabeza.
Ya lo denunciaba Borges en su poema Ajedrez cuando se consultaba por la mano que movía la pieza, por el político que dentro de un sistema político juega a la política con sus propias reglas y negocia esas políticas públicas que a cuenta gotas, y pocas veces nos benefician.
Si al final de estas líneas, como yo creen que el problema de la Argentina es político (en todos sus sentidos), habrá bastante más posibilidad de diseñar una reconstrucción nacional que nos contenga, que nos represente, pero que sobre todo nos de oportunidades y claridad para entender por dónde y para dónde van a ir las cosas.
Federico Vasches
Integrante del Observatorio de Políticas Públicas y Sociales de Río Negro.
Opinión
Cicatrix Maledictum: Secretos del Valle de la Luna
Las grietas de la tierra esconden historias que van más allá de lo visible. Por Javier Galli.

En lo profundo del Valle de la Luna, un paisaje que desafía al tiempo, las grietas de la tierra esconden historias que van más allá de lo visible. Las formaciones sedimentarias, moldeadas por milenios, guardan cicatrices que podrían ser el eco de un cataclismo hídrico que transformó esta región hace miles de años.
Según documentos atribuidos a una expedición científica de mediados del siglo XX, las capas de roca en el Valle no solo revelan eventos geológicos únicos, sino también patrones simbólicos que han despertado interrogantes. ¿Son simples caprichos de la naturaleza o vestigios de una civilización perdida? Entre los hallazgos reportados se encuentran conchas marinas en alturas improbables, grietas que se entrelazan formando diseños geométricos y fragmentos de lo que parecen ser estructuras petrificadas. Todo esto contribuye a la teoría del «Diluvio Negro», un evento mítico que habría devastado esta región, dejando tras de sí un paisaje marcado por la devastación y el misterio.

La serie fotográfica Cicatrix Maledictum captura la esencia de estos paisajes, transformando las bardas erosionadas y los valles desérticos en un escenario donde la naturaleza se convierte en memoria y códice. Cada imagen invita al espectador a explorar las grietas como si fueran las páginas de un libro antiguo, cargadas de significados ocultos.

«El Valle de la Luna es mucho más que un testigo geológico del tiempo. Es un espacio donde las marcas en la tierra dialogan con nuestras propias preguntas sobre el pasado y el futuro. Estas cicatrices nos hablan de eventos que superan nuestra escala humana», reflexiona el autor de la serie.

Esta propuesta artística no busca dar respuestas definitivas, sino plantear interrogantes: ¿Qué historias se esconden bajo las capas del tiempo? ¿Es posible que un cataclismo tan devastador haya dejado huellas no solo en la tierra, sino también en nuestra memoria colectiva? Las fotografías de Cicatrix Maledictum no solo retratan un paisaje, sino que invitan a una experiencia sensorial y filosófica sobre los secretos que la naturaleza guarda bajo llave.

Próximamente, la serie podrá ser apreciada en diferentes espacios culturales de la región, donde se abrirá un diálogo entre arte, ciencia y la historia invisible que yace en el Valle de la Luna.

Por Javier Galli.
Artista. Fotógrafo.
Opinión
La ‘Curva de Verani’: Huellas de una tragedia en Allen
Se cumplieron 30 años de la misteriosa desaparición de una joven en una chacra de Allen. Por Javier Galli.

Cuando hablamos de fenómenos inexplicables, lo sobrenatural siempre parece rondar el límite entre lo real y lo imaginado. La historia que envuelve la chacra de la familia Menguelle, en la zona rural cercana a Guerrico, ha tomado una forma fantasmal en el imaginario popular de la región, transformándose en una leyenda que sigue inquietando a quienes la escuchan.
Todo comenzó hace más de 30 años atrás, el 12 de octubre de 1991, cuando la joven, Vanesa Menguelle, hija de una reconocida familia chacarera de la zona, desaparece inexplicablemente en las inmediaciones de la llamada ‘Curva de Verani’. La joven tenía algo en común con otros habitantes del área: una misteriosa enfermedad mental atribuida al uso de químicos para la cura de las tierras que rodeaban la chacra familiar. Con apenas 20 años, esta muchacha fue testigo de cómo su mente se distorsionaba, mientras el paisaje que la rodeaba parecía marchitarse al compás de su deterioro. Sus últimos días en la chacra fueron extraños, marcados por conductas erráticas. Algunos dicen que hablaba sola, otros aseguran que la vieron vagar entre los cultivos secos, como si buscara algo que nadie más podía ver.
Última aparición
Testigos aseguraban haber visto a Vanesa caminando sola la noche de su desaparición en dirección a la ‘Curva de Verani’. Sin embargo, nadie ha podido precisar lo que ocurrió después. Un vecino que circulaba en su camioneta la vio caminando con paso tambaleante cerca del galpón de su chacra, pero pensó que estaba volviendo a su casa. Esa fue la última vez que alguien la vio con vida.
La familia Menguelle denunció la desaparición de Vanesa al día siguiente, luego de que no regresara a casa esa noche. Las autoridades locales iniciaron una intensa búsqueda en los alrededores de la curva y la chacra, aunque sin resultados concluyentes. Personal policial de Allen y Guerrico, vecinos y trabajadores de la zona recorrieron a pie campos y galpones abandonados, sin encontrar rastro alguno de la joven.
Pero la historia de la joven no termina con su desaparición. Los accidentes en ese tramo de la ruta se incrementaron de forma alarmante tras su ausencia, pese a que las condiciones de la carretera y su iluminación eran óptimas. Testigos presenciales, en su mayoría automovilistas y camioneros, aseguran haber visto a una mujer caminando tambaleante en plena madrugada, vestida con un traje blanco que resplandece bajo las luces de los faros. El rostro siempre pálido, inexpresivo, pero lo suficientemente inquietante como para provocar distracción y, en muchos casos, accidentes.
Incluso hay quienes afirman que al detenerse para ayudarla, la joven desaparece en un abrir y cerrar de ojos, dejando tras de sí una sensación inexplicable de vacío y terror. Los informes policiales hablan de una curva en la que los accidentes no deberían ocurrir, y sin embargo, el misterio persiste. ¿Es la joven la responsable de estos siniestros? Nadie puede afirmarlo con certeza.
Los rumores en torno a la chacra maldita siguieron creciendo. Algunos habitantes del lugar cuentan que la joven no fue la única en desaparecer en ese sector. A lo largo de los años, otras historias similares han surgido. Una mujer, violada y asesinada, fue encontrada cerca de la chacra, y desde entonces, los fantasmas parecen habitar cada rincón de esas tierras.
Una versión particularmente espeluznante cuenta que algunos taxistas que recogieron a una muchacha pálida en las inmediaciones de la curva no volvieron a ser vistos con vida. Otros camioneros aseguran haber sido asaltados por la visión de una joven que, al principio, parece necesitar ayuda, pero pronto desaparece sin dejar rastro. En todos los casos, la figura de la joven vuelve a aparecer y desvanecerse, generando un temor que perdura incluso después de haber pasado por el lugar.
El tiempo ha pasado, y la chacra quedó destruida. Las paredes de la vieja casa, devoradas por el viento y la maleza, son el único testimonio de lo que alguna vez fue. Hoy, solo quedan ruinas, un espacio vacío donde la naturaleza ha reclamado lo que una vez fue suyo. Pero los rumores persisten, y los pocos que se atreven a acercarse al lugar aseguran sentir una presencia, un eco de lo que alguna vez fue la vida en ese rincón de campo. Las imágenes tomadas recientemente revelan rincones oscuros y sombríos, con detalles que parecen congelados en el tiempo. Estas fotografías, al igual que el recuerdo de Vanesa Menguelle, siguen evocando preguntas y susurrando historias que se niegan a desaparecer, como si algo aún habitara en esos parajes desolados de la ‘Curva de Verani’.





Por Javier Galli.
Artista. Fotógrafo.