Sociedad
Aumentaron los combustibles hasta un 11,5%
Las empresas explicaron que el incremento responde a una suba en el valor del petróleo y de otros insumos.

Desde las cero horas de este lunes, los combustibles registran un aumento promedio de 11,5% en las principales estaciones de servicio de todo el país, por lo que los conductores se encontrarán con nuevos precios en los surtidores.
YPF anunció que desde este 14 de marzo aumenta un 9,5% en promedio el precio de sus combustibles básicos y un 11,5% en promedio el de los de categoría premium, pero como suele ocurrir en estos casos, esta decisión impactará también en otras cadenas como Shell, Axion y Puma.
De esta manera, en Roca, la nafta Super pasó a $92; la Infinia a $113,70; Infinia Diésel a $132,80 y gasoil común a $106,40.
De acuerdo a lo informado por la compañía estatal, este ajuste responde a la evolución de las principales variables que conforman el precio de venta al público, sobre todo el incremento de los costos internacionales del petróleo y los niveles de demanda superiores a la prepandemia, que requieren importaciones para complementar la oferta local.
En este sentido, la firma señaló que el petróleo sufrió subas significativas durante las últimas semanas, alcanzando niveles récords (50% por encima de los valores de inicios de febrero de 2022).
Además, remarcó que el precio internacional de los combustibles con los que se complementa la oferta local aumentó incluso por encima del petróleo crudo.
Por esta razón, YPF adelantó que continuará monitoreando la evolución de las variables que inciden en la formación de precios, “teniendo en consideración las particularidades del contexto macroeconómico del país y la realidad internacional”.
El último incremento anunciado por la empresa había sido del 9% y comenzó a regir a principios de febrero pasado, también en un contexto de incremento sostenido de los costos mundiales de la energía.
En marzo del 2021, YPF había informado que durante ese año se iba a aplicar un ajuste escalonado de 15% a lo largo de tres meses para financiar inversiones. El primer incremento de 7% promedio se aplicó el 16 de marzo y luego hubo un segundo aumento de 6% en abril. Los aumentos fueron diferenciados: más altos en la ciudad de Buenos Aires y más bajos en el interior.
En las últimas semanas, los precios internacionales de la energía se dispararon como consecuencia del conflicto bélico desatado a partir de la invasión de Vladimir Putin a Ucrania y de las sanciones impuestas a Rusia, uno de los principales productores globales de petróleo y gas. El barril de petróleo Brent —que se usa como referencia para la Argentina— tocó esta semana los USD 130 y este miércoles su cotización cerró cerca de los USD 111.
Sociedad
Qué aprendimos sobre el dinero después de los 30
Conocé cómo nuestra relación con el dinero evoluciona después de los 30 y cómo nuevas decisiones financieras marcan el futuro económico.

Durante mucho tiempo, hablar de dinero fue casi como invocar un secreto familiar. Algo que se asumía que uno debía entender por osmosis, entre mates con nuestros padres, discusiones de pareja o alguna que otra crisis que enseñaba a la fuerza. Sin embargo, con el paso del tiempo, y especialmente después de los treinta, la relación que tenemos con la plata empieza a cambiar. No solo porque ganamos más (o al menos eso esperamos), sino porque los modos en que gastamos, ahorramos y planificamos ya no responden a impulsos o deseos inmediatos, sino a otras coordenadas. Otras urgencias. Otras formas de imaginar el futuro.
No hay un momento exacto en el que uno “madura” financieramente. Pero sí hay señales, gestos cotidianos, decisiones aparentemente menores que se transforman en síntoma de algo más grande. Tal vez sea la primera vez que se revisa con detalle el resumen de la tarjeta y se lo compara con los ingresos reales. Tal vez sea al cancelar una suscripción que ya no se usa. O cuando se empieza a hablar, tímidamente, de seguros, de créditos, de cuentas en otra moneda. No es una transformación que ocurra de golpe, pero una vez que empieza, se hace difícil mirar para otro lado.
El entusiasmo por gastar cambia de forma
Durante la veintena, muchas decisiones económicas están ligadas a la pertenencia. Comprar ropa para salir, gastar en apps o tecnología, pagar cenas que se sienten como una inversión social. El dinero se asocia al ahora, a lo inmediato, y eso no es necesariamente un problema. Es, en parte, una forma de afirmar la propia identidad.
Pero al llegar a los treinta, ese entusiasmo por gastar no desaparece: muta. Ya no se gasta tanto por validación o impulso, sino por necesidad o, incluso, por comodidad. Aparecen los “lujos” silenciosos: delivery cuando se está cansado, taxis para evitar el transporte público, cursos pagos para avanzar en el trabajo. En muchos casos, empieza a pesar más el gasto que simplifica la vida que el que la adorna.
Y ahí también surge la pregunta: ¿cuánto de lo que gasto me está aportando algo real? ¿Qué parte es simplemente costumbre o inercia?
La ansiedad por el ahorro también se transforma

Ahorrar ya no es un objetivo abstracto o moral. Deja de ser un mandato de “los que saben” para volverse una estrategia de supervivencia mental. Porque la idea de estar a un despido, una enfermedad o una devaluación de distancia de quedarte sin respaldo empieza a tomar otro tono. Uno más tangible.
Pero no se trata solo de guardar lo que sobra. Ahorrar después de los treinta implica también empezar a pensar en horizontes más largos. No es solo el viaje a fin de año o cambiar el celular. Es también tener algo para un alquiler inesperado, para estudiar algo nuevo, o incluso para ayudar a alguien cercano. Lo que cambia no es solo el monto, sino el sentido del ahorro.
Y con ese cambio de perspectiva aparece una búsqueda silenciosa por formas más eficientes de cuidar lo que uno tiene. En algunos casos, eso se traduce en abrir una cuenta en un broker de inversiones, sin muchas vueltas, como quien da un paso más allá del simple ahorro en el banco.
Cambia la relación con el trabajo y con el tiempo
A medida que se acumulan años en el mercado laboral, también se acumula cansancio. Ya no todo se mide en horas trabajadas o en sueldo a fin de mes. La idea de que el trabajo es “todo” empieza a resquebrajarse. Y eso cambia la manera de tomar decisiones económicas.
Empezamos a valorar más el tiempo libre, la salud, el equilibrio. Y si bien eso puede chocar con ciertas realidades laborales duras (porque no todos pueden elegir), hay un giro en la manera en que se negocia ese intercambio. Cada vez más personas prefieren ganar un poco menos si eso implica vivir un poco mejor.
Esa elección también se refleja en cómo se gasta. Aparece el gasto que libera, no el que ata. Se dejan de lado objetos para invertir en experiencias. O se reorganizan prioridades: menos cuotas, menos “aspiracionales”, más presente manejable.
Aparece una conciencia más real sobre los límites
Después de cierta edad, uno ya se chocó con sus propios errores financieros varias veces. Ya pidió un crédito que tardó demasiado en pagar. Ya dejó pasar una oportunidad por miedo. Ya se dejó llevar por modas o gurús que prometían ingresos fáciles. Y con esos tropiezos, viene la cautela. La desconfianza selectiva. La necesidad de chequear dos veces antes de firmar algo.
Pero también viene una honestidad nueva. Aceptar, por ejemplo, que no se puede todo. Que tal vez no se llegue a comprar una propiedad. Que quizás el auto nuevo quede para más adelante. Y que eso no significa fracaso, sino recalibrar expectativas para poder vivir sin sentirse siempre corriendo atrás de algo.
Esta conciencia también lleva a hacer cuentas más sinceras. A dejar de postergar decisiones incómodas. A mirar de frente lo que se tiene, lo que se gana y lo que se puede realmente hacer con eso.
Los vínculos también ordenan la economía
No es lo mismo manejar el dinero cuando uno vive solo, que cuando convive con alguien, tiene hijos o comparte gastos. Los treinta, para muchas personas, vienen acompañados de cambios en la vida afectiva y familiar. Y eso repercute directamente en cómo se piensa y se usa el dinero.
Las conversaciones sobre plata dejan de ser hipotéticas. Pasan a formar parte de la rutina. Se discute quién paga qué, cómo se reparte el alquiler, qué se hace con el aguinaldo, si vale la pena invertir en tal o cual cosa. Se empieza a negociar, a hacer acuerdos, a renunciar a algunas cosas para sostener otras.
Y aunque no siempre es fácil, esa exposición también permite aprendizajes nuevos. Porque el dinero compartido enseña sobre confianza, sobre límites, sobre planificaciones conjuntas que no siempre salen como uno espera.
Se empieza a pensar más en el largo plazo, sin obsesionarse

No todo el mundo después de los treinta se convierte en planificador serial. De hecho, muchas personas siguen lidiando con la incertidumbre diaria. Pero aun así, algo cambia: la idea del futuro se vuelve más concreta. No como una promesa lejana, sino como algo que, de a poco, empieza a armarse desde ahora.
Esa imagen futura puede tomar distintas formas: un proyecto propio, un cambio de carrera, mudarse, reducir el ritmo laboral, viajar más. Pero lo que importa no es el qué, sino el cómo se empieza a sostener eso desde el presente.
Y ahí es donde pequeñas decisiones —como dejar de gastar por impulso, empezar a informarse mejor, cuidar el crédito o automatizar ciertas cuentas— empiezan a tener un peso inesperado.
Sin hacer ruido, sin dar discursos motivacionales, sin seguir fórmulas rígidas. Solo con la conciencia silenciosa de que el tiempo avanza, y que el modo en que nos relacionamos con el dinero puede sumar o restar a la vida que queremos.
No hay una fórmula perfecta, pero sí hay un ritmo propio
Llegar a los treinta no garantiza sabiduría financiera. Tampoco asegura estabilidad. Pero sí permite una cosa: perspectiva. La posibilidad de mirar para atrás y ver qué cosas funcionaron, cuáles no, y qué hábitos valdría la pena modificar.
Al final del día, aprender sobre plata no es solo cuestión de números. Es también una forma de entenderse a uno mismo. De revisar prioridades. De preguntarse, cada tanto, si lo que uno está haciendo con su dinero —y con su tiempo— tiene algún sentido.
Y aunque la respuesta cambie con el tiempo, lo importante es seguir haciéndose la pregunta. Una y otra vez. Porque ahí, en ese pequeño gesto, tal vez empiece a jugarse algo más profundo que la simple administración de recursos. Algo que se parece, quizás, a una forma de cuidado.
Roca
Avanza el proyecto de pavimento en el barrio Quintu Panal
La obra, que incluye 22 cuadras, será abonada por los frentistas en función de la superficie y de los metros lineales de frente de cada lote.

Contando con la aprobación del Concejo Deliberante, el Poder Ejecutivo Municipal abrió la licitación para la pavimentación de 22 cuadras y obras complementarias en barrio Quintu Panal de General Roca.
La obra tendrá un costo total estimado de $1.521.817.990,60 que, conforme a la Ordenanza N° 4021/05 será abonado por los frentistas en función de la superficie y de los metros lineales de frente de cada lote, más los metros lineales de cordón cuneta en el caso que correspondiere.
Las calles donde se llevarán adelante los trabajos son Chile entre Buenos Aires y Córdoba; Brasil entre Buenos Aires y Mendoza; México entre La Pampa y Mendoza; Paraguay entre Fleming y Mendoza; Valle Azul entre Chula Vista y Chile; Chacabuco entre Chula Vista y Estados Unidos; La Pampa entre Chula Vista y Estados Unidos; Fleming entre Brasil y Chile; Córdoba entre Paraguay y Chula Vista; Valle Azul entre Uruguay y Brasil; Chacabuco entre México y Uruguay; y La Pampa entre Paraguay y Uruguay.
En cumplimiento de los pasos administrativos correspondientes -incluido el Registro de Oposición-, el Municipio avanza ahora con el proceso licitatorio para ejecutar la obra.
La apertura de sobres del llamado a Licitación Pública Nº 11/20255 se realizará el próximo miércoles 7 de mayo.
Roca
Vuelven a la carga para lograr desregular el transporte y que aplicaciones como Uber lleguen a Roca
La Libertad Avanza presentó un proyecto en el Concejo Deliberante.

Un nuevo proyecto presentado por integrantes del espacios de La Libertad Avanza -el partido del presidente Javier Milei- en General Roca busca desregular el sistema de transporte de pasajeros en la ciudad y permitir el funcionamiento de plataformas digitales como Uber.
Según informaron desde el partido libertario, la iniciativa apunta a «habilitar el funcionamiento de plataformas digitales como alternativa moderna al servicio tradicional de taxis, apostando a la sana competencia y la generación de empleo genuino».
El proyecto propone que «cualquier vecino con vehículo pueda ofrecer traslados a través de una aplicación móvil, sin intermediarios ni costos ocultos. Las tarifas serían libres y definidas por cada plataforma, sin intervención estatal. Además, los viajes contarían con seguro obligatorio, identificación del conductor y seguimiento en tiempo real, garantizando seguridad y transparencia para todos.»
Desde La Libertad Avanza también plantean «eliminar las tasas municipales que actualmente afectan al sistema de taxis, con el objetivo de que todos los actores compitan en igualdad de condiciones. Así, se amplía la oferta, se reducen los tiempos de espera y se mejora la calidad del servicio para los vecinos», señalaron.
«Con esta ordenanza, avanzamos hacia un modelo de ciudad más libre, más eficiente y con más oportunidades de trabajo. Apostamos a que el Estado deje de ser un obstáculo y se convierta en facilitador del progreso», concluyeron desde el espacio que lidera Javier Milei y su hermana Karina a nivel nacional.
La propuesta será debatida en el Concejo Deliberante de General Roca en las próximas sesiones.