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Judiciales

15 días de prisión preventiva por desobediencia a Ley 3040

El sujeto llegó hasta lo de su ex pareja y la amenazó de muerte. Fue durante la madrugada del domingo.

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La jueza de Garantías de Roca Natalia González tuvo hoy por formulados los cargos e impuso 15 días de prisión preventiva a un hombre de 29 años, a quien la Fiscalía atribuyó la presunta comisión de los delitos de «desobediencia a una orden judicial, amenazas y lesiones leves agravadas por haber mantenido una relación de pareja con la víctima y en el marco de violencia de género, todos en concurso real».

La audiencia oral y pública de formulación de cargos se realizó esta mañana y en la oportunidad la fiscal Norma Reyes describió que el hecho investigado ocurrió la madrugada del 28 de enero último, en el domicilio de la denunciante, ex pareja del imputado, ubicado en la zona norte de Roca. Hasta ese lugar llegó el hombre «incumpliendo la prohibición de acercamiento de hasta 200 metros» que había dictado el Juzgado de Familia en mayo de 2016 y que se encuentra formalmente vigente, en el marco de una causa por Ley 3040. Aquella resolución de la jueza de Familia incluía una exclusión del hogar para el imputado.

De acuerdo con la acusación, el hombre habría amenazado de muerte a la mujer «por no dejarlo estar en la casa», exigiéndole «que deje la vivienda». Describió que el imputado habría estado «toda la noche tirando todo, luego se cortó el brazo con un cuchillo serrucho y le dio puñaladas a la cama», para posteriormente golpear y lesionar a la mujer. El auxilio policial llegó luego de que la víctima alertara a un vecino desde el baño de su casa. El imputado fue detenido en la misma vivienda.

La fiscal requirió la formulación de cargos y la imposición de prisión preventiva, alegando la «asimetría» de poder entre la víctima y el victimario y la «escalada de violencia que viene sufriendo la mujer, por existir otros hechos similares denunciados anteriormente». A esa medida cautelar se opuso el Defensor Oficial Miguel Salomón.

Al momento de resolver, la jueza González valoró que si bien el imputado no tiene antecedentes penales computables y que la hipotética pena por los delitos atribuidos podría ser de ejecución condicional, «estamos ante un caso de violencia de género, lo que importa una situación especial que encuentra protección en la Convención de Belém de Para y en la Convención Interamericana para la Protección de la Mujer». Esa circunstancia obliga al Estado «a actuar con la diligencia debida para prevenir, investigar y sancionar cualquier tipo de violencia contra la mujer», agotando «todas las medidas para evitar conductas que puedan poner en peligro la vida o la integridad de las víctimas de este tipo de delitos».

A continuación la jueza valoró que la prohibición de acercamiento del Juzgado de Familia sigue vigente, que el hecho ocurrió en el mismo hogar del cual el hombre está judicialmente excluido y que en diciembre pasado fue imputado por otra situación de desobediencia en el mismo contexto.

«La prisión preventiva está dentro de las medidas cautelares más gravosas, pero no cuento en este caso posibles medidas alternativas, pues las prohibiciones de acercamiento no están siendo cumplidas, más allá de las explicaciones que el imputado dio en la audiencia», señaló la jueza al fundamentar verbalmente su resolución en la audiencia.

Por esa razón hizo lugar a la prisión preventiva por el término de 15 días, plazo en el cual la Fiscalía podrá materializar las medidas probatorias anunciadas en la audiencia.

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Judiciales

A través de un fallo judicial, un niño podrá viajar a Chile con su abuela para participar de un torneo de fútbol

La Justicia requirió suplir el consentimiento del progenitor, con quien el menor no mantiene contacto desde hace una década.

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Un fallo del fuero de Familia de Cipolletti resolvió autorizar el viaje de un niño de 12 años a la República de Chile para participar en un torneo de fútbol infantojuvenil. La solicitud fue presentada por su madre, quien requirió suplir el consentimiento del progenitor, con quien el menor no mantiene contacto desde hace una década.

El fallo, dictado por el Juzgado de Familia N° 7, permitirá que el niño viaje acompañado de su abuela materna entre el 20 y el 31 de enero de 2025. Durante ese período, el menor participará en el evento deportivo en la ciudad de Angol y se alojará en un albergue local. Según la presentación judicial, esta actividad busca promover el desarrollo recreativo del niño y no incluye un cambio de residencia permanente.

En su resolución, el tribunal enfatizó el principio del interés superior del niño, previsto en la Convención Internacional de los Derechos del Niño y en la legislación nacional vigente. Citó, además, disposiciones del Código Civil y Comercial que requieren el consentimiento expreso de ambos progenitores para la salida del país, salvo en casos excepcionales.

El fallo destacó que el progenitor del niño no ha mantenido contacto con él durante los últimos diez años y que su paradero es desconocido. Esta conducta, que fue calificada como abandono, no puede ser motivo para menoscabar los derechos del menor. Por ello, el juzgado decidió suplir el consentimiento paterno y autorizar la salida del país, en resguardo del interés superior del niño.

También se tomaron en cuenta pruebas testimoniales y el dictamen favorable de la Defensora de Menores, quien subrayó la importancia de priorizar el bienestar del niño. El fallo resaltó el derecho del menor al esparcimiento y la recreación, cuestión que se materializa en la participación de actividades deportivas.

La jueza dispuso que esta autorización no habilita una radicación definitiva en el extranjero. La mamá del niño, impulsó la acción judicial a través de abogados particulares con la suficiente antelación para poder coordinar la logística del viaje.

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Confirmaron la condena a Gadañoto y ordenaron su detención

La Corte Suprema de Justicia de la Nación ratificó el fallo que condena al ex basquetbolista a 6 años y 9 meses de prisión. Al anoticiarse de la resolución, se presentó por sus propios medios y quedó detenido.

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La Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) confirmó la condena a 6 años y 9 meses de prisión para el ex entrenador de básquet Guido Gadañoto, por los abusos sexuales que sufrió una de sus alumnas cuando tenía 13 años de edad.

Por los hechos ocurridos en febrero de 2015, el roquense fue declarado culpable de los delitos de «abuso sexual por aprovechamiento de la inmadurez sexual de la víctima, agravado por haber sido cometido por encargado de la educación y por resultar un grave daño en la salud mental de la víctima» y fue condenado a una pena de 6 años y 9 meses de prisión.

La condena fue dictada en junio del 2021 por un Tribunal de Juicio de Roca. Contra aquella decisión, la Defensa interpuso una impugnación ordinaria ante el Tribunal de Impugnación, que fue desestimada. Tras eso, planteó ante el mismo TI un recurso extraordinario que fue denegado, por lo que acudió directamente al STJ con un recurso de queja, que en septiembre de 2021 fue rechazado «sin sustanciación» por el máximo organismo provincial. De allí, una nueva apelación llevó el fallo a la CSJN.

En este sentido, en las últimas horas, la Agencia de Noticias Roca (ANR) informó que la Corte Suprema rechazó el recurso extraordinario. Esta era la última oportunidad que tenía Gadañoto para evitar ser encarcelado, por lo que se ordenó su inmediata detención.

No obstante, Gadañoto se habría presentado por sus propios medios en una Comisaría de Cinco Saltos, donde estaba residiendo desde hace años, y quedó a disposición de la Justicia.

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No es no: Un hombre fue condenado por abuso sexual

En el juicio quedó demostrado que, en primer lugar, la víctima tuvo relaciones sexuales consentidas, pero luego decidió no continuar y el imputado hizo caso omiso a la resistencia de la mujer.

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Un Tribunal de Juicio de Roca, por unanimidad, declaró a un hombre de Villa Regina culpable del delito de abuso sexual con acceso carnal. En los próximos días se pondrá fecha a la audiencia de cesura para definir el monto de la pena que deberá cumplir.

La víctima fue una mujer que inicialmente tuvo relaciones sexuales consentidas con el imputado pero que luego decidió no continuar. Pese a su negativa verbal y a su resistencia física, el hombre concretó un segundo acto sexual y así se configuró el abuso. El Tribunal destacó entre sus fundamentos que el consentimiento debe estar presente durante toda la relación y que la primera negativa clara de la mujer marcó el límite entre el acto sexual consentido y el delito.

La defensa del imputado alegó que el hombre «no entendió» que la mujer no quería continuar. Indicó que la personalidad «histriónica y compulsiva» de la joven le había dado «mensajes ambiguos» al acusado y agregó que su comprensión estaba afectada por el consumo de alcohol.
El tribunal, integrado por los jueces Oscar Gatti, Gastón Martín y Alejandro Pellizzón, rechazó el planteo que «no resulta lógico sostener que no pudo entender e internalizar la reiterada y sostenida negativa manifestada por la mujer de continuar manteniendo relaciones sexuales consentidas la noche del suceso».

Para los jueces, la investigación presentada por la Fiscalía en el juicio demostró que la joven no se sintió bien durante la primera relación sexual con el imputado, porque le resultó torpe y fuerte. Minutos después, cuando el hombre quiso tener un segundo encuentro sexual, ella «le hizo saber que no quería continuar, a punto tal que no sólo se lo dijo verbalmente de manera reiterada sino que a su vez opuso resistencia física con su cuerpo, dentro de sus posibilidades, hasta que finalmente se vio doblegada por el accionar violento y compulsivo de quien a partir de ese momento se transformó en su victimario».

«La negativa de la víctima contó con la claridad e intensidad necesaria para que cualquier persona responsable de sus actos pudiera comprenderla claramente y en consecuencia, aceptarla», concluyó el Tribunal.

El fallo hizo especial foco en que el hombre «pudo comprender y conocer» que «en la segunda oportunidad no contaba con el consentimiento libre, voluntario, inequívoco, activo, actual y continuo de la mujer y no obstante ello fue su voluntad seguir adelante con su accionar ilícito, haciendo caso omiso a la clara resistencia de la víctima».

Según se demostró, cuando el abuso finalizó la joven quedó «temblando, como paralizada», mientras que el hombre le reprochaba «que no sea exagerada» porque «ya se conocían».

La investigación del equipo fiscal recopiló testimonios, informes, secuestros y pericias que acreditaron el lugar del hecho y el estado físico y anímico de la mujer después del abuso. Esos elementos fueron respaldo para la rotunda declaración de la víctima como prueba central del juicio.

«Ha quedado debidamente acreditado que la relación sexual que comenzó siendo consentida, dejó de serlo por la violencia ejercida por el enjuiciado en el primer acto sexual, a raíz de lo cual la víctima decidió negarse a seguir teniendo relaciones sexuales, haciéndole saber su determinación varias veces de forma verbal y también mediante la resistencia física que pudo oponer. No obstante, se vio doblegada físicamente por su opresor», precisaron los jueces.

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