Opinión
La UNRN repudia el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
Por autoridades, docentes, no docentes y representantes estudiantiles de la Universidad Nacional de Río Negro.

Autoridades, docentes, no docentes y representantes estudiantiles de la Universidad Nacional de Río Negro que firman al pie, expresamos el repudio a la reciente sentencia de la Corte Suprema de la Nación -a través de los votos de Highton, Rosenkrantz y Rosatti- que decidió aplicar un beneficio de reducción de pena conocido por «2×1» para el cómputo de la prisión, en favor de Luis Muiña.
Entendemos que dicha sentencia constituye una maniobra más, destinada a socavar el pleno cumplimiento de las condenas que por crímenes de lesa humanidad han venido siendo impuestas a los actores del terrorismo de Estado en la Argentina de 1976/1983.
Muiña fue condenado a 13 años de prisión por su intervención en el secuestro de 22 personas en el Hospital Posadas, en el conurbano bonaerense, durante el mes de marzo de 1976. Seis de aquéllas continúan desaparecidas hasta el día de hoy.
Más allá de las consideraciones jurídicas expuesta en el voto de la mayoría y de sus tecnicismos, repudiamos que se asimilen a «delincuentes comunes» a quienes han cometido comprobados crímenes masivos, con millares de víctimas, desde la estructura del Estado.
Cuando pensábamos que habíamos encontrado acuerdos comunes y sólidos basados en la aplicación estricta de castigo, verdad y memoria, o sea una verdadera política de estado, que ha sido ejemplar a nivel internacional, el fallo vuelve a colocarnos en el terreno de la incerteza, de la inconsistencia, de la impunidad.
Recordamos aquí, en consonancia con el voto minoritario de dos de sus jueces – en coincidencia con la sentencia de la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal- que la República Argentina ha asumido el compromiso internacional de perseguir, investigar y sancionar adecuadamente a los responsables de graves violaciones a los derechos humanos.
Obligación que, mediante este fallo de la Corte, se ve oprobiosamente incumplida.
El pueblo argentino decidió política y jurídicamente, tras dificultades, oscilaciones y contradicciones, cómo enfrentar los crímenes de lesa humanidad, estableciendo los límites que nunca más estamos dispuestos a traspasar.
Juan Carlos Del Bello, Anselmo Torres, Carlos Arzone, Roberto Kozulj, Graciela Giménez, Gabriela Perren, Francisco Pereda, Marta Borda, Norma Hintze, Graciela Yaful, Martín Lozada, Juan Manuel Otero, Carolina García Sartor, Daniel Barrio, Juan Ignacio Ortíz, Gustavo Rodrigo, Arturo López Dávalos, Carola Graziosi, Julia Del Carmen, Teresa Winicki, Juan Manuel Chironi, Mariana Dondo, Pablo Bohoslavsky, Adriana Hipperdinger, Marina Arbetman, Candela Galantini Grandoso, Patricia Dreidemie, Paola Cerutti, Gabriela Paladino, Soledad Vercellino, Rosana Ginobili, Lidia Gogorza, Ailen Spera, María Esperanza Casullo, Leonardo Martis Gallego, Mariano Soricetti, Gustavo Orlando Díaz, Noelia Carmona, Patricio Solimano, María Verónica Chillo, María Silvia Atasio, Laura Spatocco, Carolina Del Bello, Daniela Heim, Martín Rinaldi Tosi, Marcelo Lucero, Ana María Capuano, Viviana Diez, Miguel Ángel Cardela, María Eugenia Mosquera, Silvina Amalia Herrera, Luis Hunicken, Paulina Andrés, Tristana Pissaco, Patricia Satti, Comisión Directiva ATUNRN (Asociación Trabajadores Universidad Nacional de Río Negro), Ignacio Artola, Germán Uicich, Ana Atorresi, Marcelo Thorp, María Virginia Romero, Canale Nerina, Marianella Gatica, Leandro Bustos, Matías Martínez, Juan Cruz Martínez Luquez, Aníbal García, Patricia Boeri, Ramiro Figueroa, Julieta Omarini, Ivan Fernández Melchor, Dario Kosovsky, Fabiola Pita, Diego Salinas, Andrea Vaello, Leticia Gallo, Maria Virginia Romero, Luis Vivas, Matías Martínez, Adriana Epulef, Horacio Thedy, Gabriel García, Verónica Chillo, Bibiana Misischia, Francisco Camino Vela, Dora Riestra, Juan Carlos Ponce, Ann Barbara Borsiger, Mario Silva, Marisa Malvestitti, Martín Calderón, Lila Luchessi, Mauro Armas, Renata Brizzio, Rodolfo Coria, Carlos Lugani, Gabriel García, Soledad Fernández, Ana Cecilia Rizzo, Inés Mouján, Ana Laura Alvarez Cavallotto, Walter Pratt, Rossana Schroh, Lorena Fontao, Natalia Barrio, Juan Boyé, Sergio Castro Ros, Marianela Burgardt, Javier Calvo, Agustín Benitez, Federico Santos, Cecilia Montenegro, Leonardo Salgado, Alma Tozzini, Roberto Carbajal, Osvaldo García, Sergio Campozano, Jorgelina Tello, Joaquín Nuñez, Carla Vecchietti, Samuel Olivera, Antonella Guidi Vignaroli, Marcos Del Bello, Emiliano Mutchinick, Eduardo Lozano, Joaquín Ais, Mónica Gavetti, Diego Rodriguez, Paola Ferreyra, Mahuén Gallo, Ivanna Salgado, Stella Maris Tapia, Guadalupe Peter, Lucía Zamborán, Marcelo Petroff, Gastón Perri Sáez, Horacio Casal, Ezequiel Tytelman, María Belén Scotto, Carola Dreidemie, Enrique Camino, Muriel Scarnichia, Gustavo Marangoni, Juan Ignacio Decandia, Martín Alejandro Luna, Claudia Luengo, Silvia Mattei, Sylvia González, Diego Benítez, Carolina Coulin, Rubén Borda, Florencia Billanueva, María Paula Awe Luca, Javier Serrano, Adolfo García Barros, Federico Vasches Vázquez, Sandra Murriello, Diego Aguiar, Juan Martín Quiroga, Mariano Bichara, Carlos Adrogué, Julio Porcel de Peralta, Cristian Rodizio, Román Camba, María Victoria Andreoli, Mariana Díaz, Rossana Schroh, Lucia Olivera, Evelyn Colino, Laura Saravia, Silvia Torres Robles, Ricardo Quintana, Leandro Mauro, Mariano Antonelli, Eleonora Hantzsch, Mariana Rivera Fossati, Mariana Rulli, Lorena Alegre, Juan Manuel Rodríguez Moure, Marcia Hantusch, Verónica Eckert, Deborah Quinteros, Natalia Correa, Sebastían Hourcouripé, Carina Llosa, María Fernanda Piñuel, Patricia Giordana, Alejandro Segal, Tomás Novo, Javier Torres Molina, Pablo Macchi, Mariangeles Millaman, José Luis Tappatá, Flavia Cristiani, Josefina Simini, Patricio Suarez Nigra, Julia Bazzani, Juan Carlos Suizán, María Sol Iparraguirre, Yanel Ventura, Alejandro Baez, Marcelo Moro, María de la Trinidad Quijano, Soledad Pérez, Silvia Granada, Alberto Ruíz, Marina García Barros, Alfredo Azcoitia, Carolina Bagnato, Sergio Abate, Daniela Antista, Cintia Leder, Mariza Abrameto, Verónica Ciccone, Marcela Rey, Alberto Celani, Carlos Minadevino, María Victoria Cremona, Matías Saccomano, Lidia Gogorza, Diego Pino, Martha Franchini, Laura Totonelli, Nuria Córdoba, Paula Rodriguez Marino, José Benclowicz, Alejandro Antokoletz, Sofía Crosta, Silvina Paz, Paola Britos, Marcelo Alvarez, Natalia Correa, Jorge Shitu, Mariana Orellana, Néstor Hernández, Enzo Belloli de CESAB- Centro de Estudiantes Sede Andina-Bariloche, Pablo Porma de Centro de estudiantes de la UNRN Sede Atlántica gestión FUSA, Mónica Lucero, Claudia Zuliani, Fabián Olvar, Mariana Savarese, Juliana Fernández Rucci, María Julia Mazzarino, Lucas Piola, Sebastián Di Nardo, Fabiana Alonso, María Agustina Salicioni, Ezequiel Villacide, Emiliano Campitelli, Mariano Marrama, Martín Mariano Goin, Esteban Javier Rico, Noelia Carolina Manuel, Omar Reggiani , Maria Dulce Henriquez Acosta, Viviana Mabel Arcos, Maisa Tunik, Monica Zanchin, Alberto Caselli, Enrique Fabregat, Victor Hugo Pini, Angel Arozamena, Nicolás Maffione, Walter Del Río, Norma Paz, Sergio Miranda, Hernán Andrade, Georgina Herrera, Maximiliano Mercado, Mónica Muñoz, José Funes, Julieta Distasio, Franco Bonthuis, Fernando Barrio, Daniel Barreto, María Elena Pierantoni, Flavia Montello, Oscar Claro, Ricardo Abduca, Tomás Guevara, Roberto Samar, Sofía Manuel, Stefania Bianco Bueno, Francisco Paz Valdez, Soledad Analía Pérez, Alicia Inés Maxuach de Diaz, Boris Villalobo, Mariana Grazziano, Gabriela Rezzano, Elisa Castán, Nina Dolcini, Valentina Maida, Adela Bernardis, Mónica Denham, María Belén López Lombardo, Martín Vesprini, Diego Chertoff, Vanessa Córdoba, Johana Quiñenao, Marisa Cecilia García, Paula Salinas, Perla Torres, Ana María Pacagnini, Jorge Prestofelipo, Laura Dillon, Hernán Schulmaister, Myriam Ortíz, Adrián Candelmi, Irene Silin, Sofía Manuel, Stefanía Bianco Bueno, Marcia Muñoz, Antonella Olivera, Tilo Gonzalo Giovannoni, Julieta Colombo, Miguel Angel Alfonzo, Christian Dix, Claudia Martinez, Johana Aviles, David Avila, Agustín Moreno, Ricardo Peña, Julieta Cueva, Jose Remolins, Dafne Romero, Mónica Navarro, Ernesto Ruiz, Martín Samara, María Irene Martínez, Raúl Giacosa, Santiago Remolins de Centro de Estudiantes de Choele Choel (siguen las firmas).
Opinión
El problema de la Argentina, es político
Nota de opinión por Federico Vasches, integrante del Observatorio de Políticas Públicas y Sociales de Río Negro.

Me pregunté bastante estos últimos días de qué manera podría colaborar, no tanto en un caso puntual como el de una colecta de insumos necesarios para atender un incendio en la zona del el Bolsón, sino en general, para llevar un poco de luz al momento que estamos atravesando.
Básicamente, me pregunté ¿qué se puede aportar en tiempos de desregulación, inclusive del sentido?
Si acordamos que el año pasado (2024) fue el de buscar culpables institucionales o sociales y por ende emprender batallas generales, este todavía no queda claro por donde podría transcurrir.
No nos olvidemos de las masivas marchas por el financiamiento universitario, los gobernadores dando aviso de diferencias, diputados y senadores haciendo lo suyo por el quorum, reclamos multitudinarios en las calles, privatizaciones, cierres de empresas y reparticiones, despidos masivos, sindicatos en alza e inclusive la CGT que se rompió.
Ha pasado tanto en tan poco tiempo que parece que fuera una película lejana y si bien poco sentido tendría que yo se las cuente (porque todos la vivimos), estoy casi seguro que el común denominador ha sido la poca reflexión al respecto.
No me embarco en una discusión electoral (aún cuando este sea un año para ello), sino en algo más profundo, algo del sentido de las cosas, de la esencia de un sistema que a pesar y al pasar los nombres se orada y nos deja a los ciudadanos siempre en la base.
En este sentido me parece oportuno, traer esa clasificación bastante consensuada en el campo de las ciencias políticas, sobre las concepciones de la palabra “política”. Una primera “polity” que daría cuenta de la función de distribución de poder en la sociedad (algo así como el sistema político), una segunda “politics” como el juego cotidiano de actores por espacios de poder e influencia (en particular con el ejercicio de la política, negociaciones y arte de lo posible) y por último la “policy” como la acción de gobierno (en nuestro caso conocido como políticas públicas.
Este triángulo de conceptos que se interrelacionan y recobran sentido, nos permite pensar que las acciones de un gobierno democrático, electo por la mayoría, que ejerce en sus libertades y posibilidades legales el poder político con acompañamiento social, puede inclusive gobernar en detrimento de mayorías y por ende beneficiar en particular a pequeños grupos.
Este es un gobierno que no escondió, ni esconde el sentido de lo que hace, no prometió nada que no fuera a cumplir, de hecho, está honrando sus compromisos de campaña con creces.
¿Entonces dónde radica el conflicto?
A mi entender en dos aspectos que si se entrelazan aportan claridad, pero que pueden ser presentados como dos frentes de lucha casi objetivamente irrenunciables.
Me refiero por un lado el desfinanciamiento de la ciencia y la tecnología en especial, las ciencias sociales y por otro el echar culpas constantes y “embarrar” la cancha sectorial, como los únicos y grandes culpables de un sistema que no pueden cambiar esos actores.
El pensar en un modelo de desarrollo y crecimiento del país desde la inversión en ciencia y tecnología, implica no únicamente apostar a las ciencias duras o de trayectorias más reconocidas y antiguas, y a las emergentes para la innovación, modernización, sino no dejar de lado a las ciencias sociales. Castigadas, seguro, poco reconocidas también, aunque el debate puede ser extenso, pretendo que nos detengamos en considerar algo en especial. En momentos como estos en los cuales “desregular” el mercado implica a la vez poner techo a las paritarias y liberar que las empresas de telefonía, servicios, alquileres, prepagas de medicina aumenten libremente, es lo mismo que achicar el bolsillo de las/os trabajadoras/es, y este tipo de visualizaciones contextuales claramente son campo de estudio, de comunicación, de divulgación y de consolidación desde la ciencias sociales; por lo que desfinanciarlas es clave para silenciar voces calificadas.
Por otro lado, los ataques sectoriales permiten ganar tiempo para tomar mientras, medidas de fondo, llevar la atención hacia ese segmento generando discursos, odios y enojos contra los supuestos beneficios de tal o cual. Ojo que al final de cuentas y luego de tantos culpables, inclusive habiendo dejado sin trabajo a más de 70.000 empleados, los problemas (esos que les endilgaban), no se resolvieron por sí solos y hasta quizá se agravaron.
Si se está jugando un juego, quienes son dueños del tablero tienen conocimiento de las reglas, y todos los demás lo jugamos sin sentido, sin comprender, pero apurados, entregándonos por momentos y combatiendo con la claridad de quien pisa la pelota y levanta la cabeza.
Ya lo denunciaba Borges en su poema Ajedrez cuando se consultaba por la mano que movía la pieza, por el político que dentro de un sistema político juega a la política con sus propias reglas y negocia esas políticas públicas que a cuenta gotas, y pocas veces nos benefician.
Si al final de estas líneas, como yo creen que el problema de la Argentina es político (en todos sus sentidos), habrá bastante más posibilidad de diseñar una reconstrucción nacional que nos contenga, que nos represente, pero que sobre todo nos de oportunidades y claridad para entender por dónde y para dónde van a ir las cosas.
Federico Vasches
Integrante del Observatorio de Políticas Públicas y Sociales de Río Negro.
Opinión
Cicatrix Maledictum: Secretos del Valle de la Luna
Las grietas de la tierra esconden historias que van más allá de lo visible. Por Javier Galli.

En lo profundo del Valle de la Luna, un paisaje que desafía al tiempo, las grietas de la tierra esconden historias que van más allá de lo visible. Las formaciones sedimentarias, moldeadas por milenios, guardan cicatrices que podrían ser el eco de un cataclismo hídrico que transformó esta región hace miles de años.
Según documentos atribuidos a una expedición científica de mediados del siglo XX, las capas de roca en el Valle no solo revelan eventos geológicos únicos, sino también patrones simbólicos que han despertado interrogantes. ¿Son simples caprichos de la naturaleza o vestigios de una civilización perdida? Entre los hallazgos reportados se encuentran conchas marinas en alturas improbables, grietas que se entrelazan formando diseños geométricos y fragmentos de lo que parecen ser estructuras petrificadas. Todo esto contribuye a la teoría del «Diluvio Negro», un evento mítico que habría devastado esta región, dejando tras de sí un paisaje marcado por la devastación y el misterio.

La serie fotográfica Cicatrix Maledictum captura la esencia de estos paisajes, transformando las bardas erosionadas y los valles desérticos en un escenario donde la naturaleza se convierte en memoria y códice. Cada imagen invita al espectador a explorar las grietas como si fueran las páginas de un libro antiguo, cargadas de significados ocultos.

«El Valle de la Luna es mucho más que un testigo geológico del tiempo. Es un espacio donde las marcas en la tierra dialogan con nuestras propias preguntas sobre el pasado y el futuro. Estas cicatrices nos hablan de eventos que superan nuestra escala humana», reflexiona el autor de la serie.

Esta propuesta artística no busca dar respuestas definitivas, sino plantear interrogantes: ¿Qué historias se esconden bajo las capas del tiempo? ¿Es posible que un cataclismo tan devastador haya dejado huellas no solo en la tierra, sino también en nuestra memoria colectiva? Las fotografías de Cicatrix Maledictum no solo retratan un paisaje, sino que invitan a una experiencia sensorial y filosófica sobre los secretos que la naturaleza guarda bajo llave.

Próximamente, la serie podrá ser apreciada en diferentes espacios culturales de la región, donde se abrirá un diálogo entre arte, ciencia y la historia invisible que yace en el Valle de la Luna.

Por Javier Galli.
Artista. Fotógrafo.
Opinión
La ‘Curva de Verani’: Huellas de una tragedia en Allen
Se cumplieron 30 años de la misteriosa desaparición de una joven en una chacra de Allen. Por Javier Galli.

Cuando hablamos de fenómenos inexplicables, lo sobrenatural siempre parece rondar el límite entre lo real y lo imaginado. La historia que envuelve la chacra de la familia Menguelle, en la zona rural cercana a Guerrico, ha tomado una forma fantasmal en el imaginario popular de la región, transformándose en una leyenda que sigue inquietando a quienes la escuchan.
Todo comenzó hace más de 30 años atrás, el 12 de octubre de 1991, cuando la joven, Vanesa Menguelle, hija de una reconocida familia chacarera de la zona, desaparece inexplicablemente en las inmediaciones de la llamada ‘Curva de Verani’. La joven tenía algo en común con otros habitantes del área: una misteriosa enfermedad mental atribuida al uso de químicos para la cura de las tierras que rodeaban la chacra familiar. Con apenas 20 años, esta muchacha fue testigo de cómo su mente se distorsionaba, mientras el paisaje que la rodeaba parecía marchitarse al compás de su deterioro. Sus últimos días en la chacra fueron extraños, marcados por conductas erráticas. Algunos dicen que hablaba sola, otros aseguran que la vieron vagar entre los cultivos secos, como si buscara algo que nadie más podía ver.
Última aparición
Testigos aseguraban haber visto a Vanesa caminando sola la noche de su desaparición en dirección a la ‘Curva de Verani’. Sin embargo, nadie ha podido precisar lo que ocurrió después. Un vecino que circulaba en su camioneta la vio caminando con paso tambaleante cerca del galpón de su chacra, pero pensó que estaba volviendo a su casa. Esa fue la última vez que alguien la vio con vida.
La familia Menguelle denunció la desaparición de Vanesa al día siguiente, luego de que no regresara a casa esa noche. Las autoridades locales iniciaron una intensa búsqueda en los alrededores de la curva y la chacra, aunque sin resultados concluyentes. Personal policial de Allen y Guerrico, vecinos y trabajadores de la zona recorrieron a pie campos y galpones abandonados, sin encontrar rastro alguno de la joven.
Pero la historia de la joven no termina con su desaparición. Los accidentes en ese tramo de la ruta se incrementaron de forma alarmante tras su ausencia, pese a que las condiciones de la carretera y su iluminación eran óptimas. Testigos presenciales, en su mayoría automovilistas y camioneros, aseguran haber visto a una mujer caminando tambaleante en plena madrugada, vestida con un traje blanco que resplandece bajo las luces de los faros. El rostro siempre pálido, inexpresivo, pero lo suficientemente inquietante como para provocar distracción y, en muchos casos, accidentes.
Incluso hay quienes afirman que al detenerse para ayudarla, la joven desaparece en un abrir y cerrar de ojos, dejando tras de sí una sensación inexplicable de vacío y terror. Los informes policiales hablan de una curva en la que los accidentes no deberían ocurrir, y sin embargo, el misterio persiste. ¿Es la joven la responsable de estos siniestros? Nadie puede afirmarlo con certeza.
Los rumores en torno a la chacra maldita siguieron creciendo. Algunos habitantes del lugar cuentan que la joven no fue la única en desaparecer en ese sector. A lo largo de los años, otras historias similares han surgido. Una mujer, violada y asesinada, fue encontrada cerca de la chacra, y desde entonces, los fantasmas parecen habitar cada rincón de esas tierras.
Una versión particularmente espeluznante cuenta que algunos taxistas que recogieron a una muchacha pálida en las inmediaciones de la curva no volvieron a ser vistos con vida. Otros camioneros aseguran haber sido asaltados por la visión de una joven que, al principio, parece necesitar ayuda, pero pronto desaparece sin dejar rastro. En todos los casos, la figura de la joven vuelve a aparecer y desvanecerse, generando un temor que perdura incluso después de haber pasado por el lugar.
El tiempo ha pasado, y la chacra quedó destruida. Las paredes de la vieja casa, devoradas por el viento y la maleza, son el único testimonio de lo que alguna vez fue. Hoy, solo quedan ruinas, un espacio vacío donde la naturaleza ha reclamado lo que una vez fue suyo. Pero los rumores persisten, y los pocos que se atreven a acercarse al lugar aseguran sentir una presencia, un eco de lo que alguna vez fue la vida en ese rincón de campo. Las imágenes tomadas recientemente revelan rincones oscuros y sombríos, con detalles que parecen congelados en el tiempo. Estas fotografías, al igual que el recuerdo de Vanesa Menguelle, siguen evocando preguntas y susurrando historias que se niegan a desaparecer, como si algo aún habitara en esos parajes desolados de la ‘Curva de Verani’.





Por Javier Galli.
Artista. Fotógrafo.