Agro
La fruta rionegrina cerró una exitosa temporada, pese a la emergencia sanitaria
Hubo aumentos en niveles de exportación y comercialización en mercado interno de pera, manzana y cereza.

Gran parte del proceso de cosecha de frutas en Río Negro culminó justo en el comienzo del aislamiento social y obligatorio a raíz del COVID-19, lo que permitió cerrar con éxito la temporada. Hubo aumentos en niveles de exportación y comercialización en mercado interno de pera, manzana y cereza.
Una temporada en la cual los esfuerzos estuvieron concentrados en la sanidad de la fruta. Solo un cargamento fue rechazado en la frontera con Brasil, y esto es gracias a un trabajo en conjunto de la Provincia con SENASA y al enorme esfuerzo de los productores para lograr una calidad de fruta apta para todos los mercados.
Si bien a fines de marzo quedaba por cosechar solo una variedad de manzanas, la operación de cosecha de peras, manzanas, fruta de carozos y cerezas se realizó en tiempo y forma.
“Se hizo un gran esfuerzo desde el Gobierno Provincial y Nacional para llevar adelante esta temporada. La situación ha sido beneficiosa. La cosecha y la calidad fueron buenas”, resaltó el secretario de Fruticultura, Facundo Fernández.
En relación a la comercialización, tanto en pera como manzana se registraron significativos aumentos en lo que va de la temporada 2019/20 y con respecto al mismo período del año anterior.
Respecto a peras, Río y Neuquén tuvieron un incremento de un 13% en exportación y un 2% en mercado interno. Y en cuanto a la manzana de la Patagonia Norte, hubo un crecimiento de 43% en exportación y 28% en mercado interno.
Los principales países a los que se exportó pera son Rusia, Brasil, Estados Unidos e Italia y manzana a Brasil, Rusia y Bolivia.
Si hablamos de la cereza rionegrina, la exportación aumentó en un 38,87% y los principales destinos de exportación Estados Unidos, China, España y Canadá. Este incremento se debió principalmente a la entrada en producción de nuevas plantaciones y buenas condiciones climáticas, lo que dejó a Argentina en el segundo lugar en exportación de cerezas del hemisferio sur.
La provincia de Río Negro cuenta con un esquema de producción de peras y manzanas que abastece tanto exportación como con mercado interno durante todo el año.
Respecto de la exportación, la devaluación de países compradores de fruta argentina frente a una economía global castigada, puede arrojar resultados por debajo de lo estimado. Respecto del mercado interno, la demanda es sostenida y hay una tendencia de consumo de frutas que creció en los últimos meses.
Definitivamente, en un momento en que muchas industrias están postradas, el potencial productivo de la provincia ofrece un panorama interesante en un mundo que se re configura y al parecer, ubica la producción de alimentos en una posición muy interesante.
Agro
Cómo se enfrenta el campo a las sequías prolongadas
Sequías sin sorpresas: cómo piensan hoy los productores rurales para proteger el agua y sostener la operación cuando las lluvias no llegan.

Cuando las lluvias escasean por meses y el calor se intensifica, las instalaciones rurales —desde pequeños establecimientos hasta grandes desarrollos agropecuarios— enfrentan uno de sus mayores desafíos: mantener la operación sin comprometer recursos esenciales como el agua. No se trata solo de asegurar la producción o el bienestar animal, sino de sostener una infraestructura funcional en contextos que se vuelven cada vez más extremos.
La sequía como factor estructural, no coyuntural
Si bien la sequía ha sido históricamente parte del ciclo climático de buena parte del territorio argentino, en los últimos años se ha observado una mayor recurrencia e intensidad, particularmente en regiones como la Pampa Húmeda, Cuyo y el norte del país. Lejos de ser eventos aislados, estos periodos secos se consolidan como fenómenos que modifican prácticas productivas, modelos de inversión y estrategias de supervivencia rural.
Frente a este panorama, la anticipación ya no es una ventaja competitiva: es una condición básica de permanencia. Contar con sistemas capaces de almacenar, redistribuir y racionalizar el agua adquiere un valor estratégico para productores y técnicos por igual.
Infraestructura que piensa en el futuro
En tiempos de lluvias normales, muchas instalaciones rurales funcionan sin sobresaltos: los pozos rinden, los bebederos se reponen automáticamente y el agua corre con generosidad por canales o sistemas de riego. Sin embargo, durante una sequía prolongada, esa misma infraestructura puede volverse insuficiente, vulnerable o directamente inoperante.
Por eso, cada vez más establecimientos incorporan tecnologías de respaldo que no solo apuntan a acumular agua, sino también a conservarla en buenas condiciones, distribuirla según prioridades operativas y, en algunos casos, incluso reutilizarla. El objetivo es simple, pero ambicioso: garantizar autonomía en contextos hostiles, sin depender completamente de fuentes externas o variables climáticas impredecibles.
Almacenamiento estratégico: mucho más que acumular

Cuando se habla de almacenar agua en zonas rurales, no se trata simplemente de juntar lo que se pueda «por las dudas». La planificación implica una lectura integral del entorno: capacidad del suelo para infiltrar o retener, pendientes del terreno, tipo de uso que se dará al recurso almacenado (humano, animal, productivo), así como también tiempos estimados de sequía.
Las cisternas enterradas, reservorios artificiales revestidos y tanques elevados forman parte de un abanico cada vez más sofisticado de soluciones. Su elección dependerá no solo del volumen requerido, sino también de factores como la evaporación, la exposición solar o la necesidad de aislamiento ante contaminantes.
Entre estas opciones, una alternativa que crece en instalaciones de mediana y gran escala es el uso del tanque de agua industrial, que permite no solo almacenar grandes volúmenes, sino hacerlo en estructuras durables, con mantenimiento bajo y adaptables a sistemas automatizados de carga y descarga.
Energía para mover el recurso
El agua acumulada no siempre está donde se la necesita, y ese traslado requiere energía. En escenarios donde la red eléctrica no llega o se vuelve inestable durante el verano, los sistemas de respaldo hídrico suelen combinarse con soluciones energéticas autónomas: paneles solares, baterías o generadores a biogás.
Estos sistemas no solo permiten alimentar bombas para extraer o redistribuir agua, sino que pueden integrarse con sensores que activan procesos de manera automática, sin intervención humana. La clave está en pensar el agua como parte de un sistema integrado que incluye energía, monitoreo y logística.
Detección temprana y monitoreo remoto

La sequía no avisa de un día para el otro. En muchos casos, es posible anticipar patrones de escasez con semanas o incluso meses de antelación. Para eso, los sensores de humedad de suelo, los medidores de caudal en perforaciones o los sistemas satelitales de seguimiento de lluvias son herramientas que permiten tomar decisiones con más tiempo y más precisión.
En establecimientos donde el recurso hídrico es clave, esta tecnología ya no es un lujo: es una necesidad que puede marcar la diferencia entre sostener la producción o reducirla drásticamente. Incluso algunas soluciones permiten programar el uso del agua según variables en tiempo real, priorizando áreas críticas o aplazando riegos no urgentes.
El rol del diseño en la prevención
Así como en arquitectura urbana se habla de «diseño resiliente», en entornos rurales también es posible pensar el diseño de instalaciones con una lógica preventiva. Galpones, corrales, sistemas de riego y caminos internos pueden pensarse desde su concepción para optimizar el uso del agua, captar escorrentías o minimizar pérdidas.
Los techos inclinados para recolectar agua de lluvia, los canales que dirigen el excedente a reservorios, o los suelos compactados en zonas de paso para evitar erosión, son parte de una lógica de diseño que prioriza la eficiencia hídrica desde el inicio, no como respuesta improvisada ante la urgencia.
Cuando cada gota importa
Proteger una instalación rural frente a una sequía no se limita a juntar agua en recipientes grandes. Implica entender cómo se mueve ese recurso, qué consumos son prioritarios, qué infraestructura puede adaptarse mejor a contextos adversos y cómo combinar distintas tecnologías para sostener la operación.
La clave, en muchos casos, está en actuar antes de que la urgencia apriete. Porque cuando la sequía llega, lo que ya está instalado puede hacer una gran diferencia; pero lo que aún está en proyecto, tal vez llegue demasiado tarde.
Agro
Se conocieron ofertas para obra en Canal Principal de Riego en el Alto Valle
Los trabajos son fundamentales para conservar el buen funcionamiento del sistema.

El Departamento Provincial de Aguas (DPA) realizó la apertura de ofertas para la obra de revestimiento de taludes en el Canal Principal del sistema del riego del Alto Valle, en cercanías de Guerrico. El presupuesto oficial es de $36.257.830,59 y con las obras se busca mejorar la eficiencia y durabilidad de las estructuras.
La intervención se llevará a cabo en dos sifones ubicados en los progresivos km 57,527 y 58,078 del canal. El objetivo es reconstruir el revestimiento de hormigón de los taludes en ambas márgenes, además de demoler y rehacer las losas existentes.
Los taludes a intervenir tienen una longitud de 9 metros, divididos en 3 paños por margen. La obra también contempla la impermeabilización de los taludes, fundamental para conservar el buen funcionamiento del sistema.
Estas estructuras forman parte de un total de 35 cruces de drenaje que permiten el paso del agua desde el norte hacia el sur del canal, hasta su descarga final en el río Negro.
En este sentido se presentaron dos empresas oferentes: Suterra SRL: $43.235.765,30 (IVA incluido) y Suelos del Valle SAS: $51.547.600 (IVA incluido)
Agro
Río Negro y las provincias patagónicas proponen correr la barrera al norte
Para la Weretineck y Banacloy, este estatus sanitario alcanzado es fundamental para la competitividad.

Ante la convocatoria del Gobierno Nacional para debatir el futuro del sistema de control sanitario que protege a la Patagonia, Río Negro propuso extender el estatus de libre de fiebre aftosa sin vacunación hacia el norte del país. Esta propuesta fue realizada ayer (14/04) en el marco de la gestión del ministro de Desarrollo Económico y Productivo, Carlos Banacloy y el mandato del gobernador Alberto Weretilneck.
El ministro Banacloy, valoró la decisión de revisar la Resolución N° 180/25 y someterla a discusión con las provincias, así como a evaluación por parte del resto de los mercados.
Con el acompañamiento de la mesa de enlace, las provincias patagónicas reclamaron que se reconozca el esfuerzo sanitario realizado durante más de 25 años. «El tránsito de carne con hueso no puede poner en riesgo todo lo que construimos. Proponemos avanzar hacia un sistema nacional libre sin vacunación, pero con planificación y acuerdos entre todas las regiones», sostuvo Banacloy.
Al respecto se refirió a la coyuntura regional, indicó que «hoy nuestros vecinos Chile, Bolivia y Brasil ya tienen o tendrán estatus libre de fiebre aftosa sin vacunación; la Patagonia también, pero el resto de Argentina todavía no. Por eso proponemos que la estrategia nacional sea que todo el país avance hacia ese estándar sanitario, no que retrocedan quienes ya lo alcanzaron».
Río Negro sostiene que el estatus sanitario alcanzado por la Patagonia es una herramienta fundamental para la competitividad de toda la región, tanto en la ganadería ovina como bovina. «Este estatus no sólo respalda el acceso a mercados exigentes, sino que representa años de esfuerzo colectivo de los patagónicos, especialmente en zonas donde la producción ganadera es la principal actividad económica. Estamos hablando de una plataforma productiva que cumple con estándares internacionales, y que nos permite diferenciarnos. Si se pierde eso, se pierden años de inversión, infraestructura y control», agregó el ministro.