Sociedad
Últimos días para inscribirse a la Diplomatura de Extensión Universitaria en Problemáticas Ambientales de la UNRN
El objetivo es introducir a sus participantes en los problemas ambientales relevantes para la sociedad, brindando conceptos de educación y conciencia ambiental.

En 2009, el director del Centro de Resiliencia de Estocolmo, junto a un grupo de 28 investigadores internacionales, trabajaron para identificar nueve procesos que regulan la estabilidad y la resiliencia del planeta Tierra como un sistema. Dichos científicos propusieron límites cuantitativos dentro de los cuales la humanidad puede desarrollarse y prosperar, considerando a las generaciones futuras, e indicaron que si se cruzan estos límites, se incrementa el riesgo de generar cambios irreversibles al medio ambiente.
Estos procesos claves que definen dichos límites y que no debemos superar son el Cambio Climático, la acidificación de los océanos, la reducción del ozono estratosférico, la alteración de los ciclos de fósforo y nitrógeno, la tasa de pérdida de biodiversidad, la utilización irracional del agua dulce, el mal uso de la tierra, la sobre carga de aerosoles y polución química.
En la actualidad, ya hemos superado tres de estos límites, el cambio climático, la alteración de los ciclos de nitrógeno y la pérdida de biodiversidad y por lo cual ponemos en riesgo la sustentabilidad del planeta a mediano y largo plazo.
Desde la revolución industrial, la presión sobre los recursos naturales ha sido continua, acentuándose en la mitad del siglo pasado y en la actualidad. La extracción y sobre consumo de combustibles fósiles, la minería a cielo abierto, el avance de la frontera agrícola, la sobre pesca y el aumento de la población, entre otros, son causales de numerosos problemas ambientales, y en muchos casos derivan en conflictos ambientales. Todos estos cambios se han producido en el período denominado Antropoceno, el cual se caracteriza por los grandes cambios en el medio ambiente producto de la actividad humana.
Estos problemas ambientales alteran la calidad de vida, no sólo de la población actual sino de las generaciones futuras. Los problemas ambientales se producen a distintas escalas según su impacto territorial, clasificándose en globales, regionales y locales.
El cambio climático se produce como consecuencia del calentamiento global, vinculado a la acentuación del efecto invernadero producido por la acumulación de los gases de efecto invernadero (GEI). El origen de los mismos es la actividad económica, la cual incluye la producción de energía, el transporte, la producción industrial, el cambio en el uso del suelo, la deforestación, etc., lo cual se vincula con nuestro sistema/modo de vida, con el modo de organización social dominante, y con un modelo económico insostenible y centrado en el mercado.
La pérdida de biodiversidad es el avance de las fronteras agrícolas, la sobre pesca, el avance de los grandes centros urbanos, y la necesidad de alimentar una población con más de 7000 millones de personas que genera una gran presión sobre los ecosistemas, los bosques, las praderas, las selvas, etc.
La producción y gestión de residuos sólidos urbanos y la contaminación de napas o de fuentes de agua por el mal tratamiento de los residuos cloacales o efluentes industriales, son unos de los principales problemas de los centros urbanos. Más del 50% de los basureros de Argentina son a cielo abierto y menos del 20% de los residuos se reciclan. Por otro lado, se observan grandes inconvenientes en el manejo de los líquidos cloacales y de los efluentes industriales. Todo ello conlleva a una pérdida de la calidad de vida en los centros urbanos, la contaminación de fuentes de agua, y la eutrofización de los cuerpos de agua, entre otros. Los residuos urbanos, por ejemplo, producen grandes problemas como la lixiviación de líquidos contaminantes que se generan en los basurales, la proliferación de plagas y enfermedades, y finalmente la contaminación del mar o cuerpos de agua por plásticos o microplásticos, y la correspondiente muerte de la fauna marina.
Y finalmente el modo de producción agrícola – ganadera. La necesidad de alimentar a más de 7000 millones de habitantes en este planeta genera la necesidad de invertir grandes cantidades de energía, agroquímicos (fertilizantes, herbicidas, insecticidas, fungicidas, etc), y avanzar sobre ecosistemas naturales para lograr mayores rendimientos. La actividad agrícola ganadera afecta la biodiversidad, la salud humana, y aporta grandes cantidades de GEI.
La única alternativa, para pensar en un modelo de desarrollo sostenible, es empezar a modificar los usos y costumbres humanas, modificar nuestro sistema económico, pautas de consumo y producción. Nuevas alternativas surgen respecto al sistema económico lineal y basado en el consumo actual, como, por ejemplo la economía ecológica, la economía circular, lo cual forma parte de un modelo de desarrollo sostenible.
Para incrementar la conciencia ambiental en las niñas y los niños, jóvenes y población en general, debemos repensar el rol del sistema educativo formal y no formal, como herramienta necesaria para el desarrollo de la educación ambiental que permita el incremento de la Conciencia Ambiental.
En este sentido, el Departamento de Educación Continua de la Subsecretaría de Extensión de la Sede Alto Valle – Valle Medio de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) lanzó la Diplomatura de Extensión Universitaria en Problemáticas Ambientales con el objetivo principal de incrementar la conciencia ambiental de los participantes de la misma. Asimismo, se brindarán conceptos de educación ambiental, y se buscará que los y las participantes puedan reconocer la vinculación entre los problemas ambientales y el sistema económico actual.
A su vez, otro de los ejes es introducir a participantes en elementos de Desarrollo Sostenible, Economía Ecológica y Economía Circular, brindar conceptos de Género y Ambiente, Pobreza y Ambiente; e incorporar conceptos de política pública, participación ciudadana y gestión pública de los problemas ambientales.
La Diplomatura, que es arancelada y tiene una carga horaria total de 75 horas, se desarrollará en modalidad bimodal, con la utilización de las herramientas de Moodle para las evaluaciones previstas, foros de consulta, bibliografía, enlaces de interés pertinentes y espacios de entrega de trabajos prácticos. Se realizarán 12 encuentros, uno por semana, comenzando a partir del mes de septiembre.
Está destinada a público en general pero para inscribirse se requiere estudios de Nivel Medio finalizados.
Para más información y/o consultas ingresar a la página web de la UNRN o escribir a [email protected].
Sociedad
Qué aprendimos sobre el dinero después de los 30
Conocé cómo nuestra relación con el dinero evoluciona después de los 30 y cómo nuevas decisiones financieras marcan el futuro económico.

Durante mucho tiempo, hablar de dinero fue casi como invocar un secreto familiar. Algo que se asumía que uno debía entender por osmosis, entre mates con nuestros padres, discusiones de pareja o alguna que otra crisis que enseñaba a la fuerza. Sin embargo, con el paso del tiempo, y especialmente después de los treinta, la relación que tenemos con la plata empieza a cambiar. No solo porque ganamos más (o al menos eso esperamos), sino porque los modos en que gastamos, ahorramos y planificamos ya no responden a impulsos o deseos inmediatos, sino a otras coordenadas. Otras urgencias. Otras formas de imaginar el futuro.
No hay un momento exacto en el que uno “madura” financieramente. Pero sí hay señales, gestos cotidianos, decisiones aparentemente menores que se transforman en síntoma de algo más grande. Tal vez sea la primera vez que se revisa con detalle el resumen de la tarjeta y se lo compara con los ingresos reales. Tal vez sea al cancelar una suscripción que ya no se usa. O cuando se empieza a hablar, tímidamente, de seguros, de créditos, de cuentas en otra moneda. No es una transformación que ocurra de golpe, pero una vez que empieza, se hace difícil mirar para otro lado.
El entusiasmo por gastar cambia de forma
Durante la veintena, muchas decisiones económicas están ligadas a la pertenencia. Comprar ropa para salir, gastar en apps o tecnología, pagar cenas que se sienten como una inversión social. El dinero se asocia al ahora, a lo inmediato, y eso no es necesariamente un problema. Es, en parte, una forma de afirmar la propia identidad.
Pero al llegar a los treinta, ese entusiasmo por gastar no desaparece: muta. Ya no se gasta tanto por validación o impulso, sino por necesidad o, incluso, por comodidad. Aparecen los “lujos” silenciosos: delivery cuando se está cansado, taxis para evitar el transporte público, cursos pagos para avanzar en el trabajo. En muchos casos, empieza a pesar más el gasto que simplifica la vida que el que la adorna.
Y ahí también surge la pregunta: ¿cuánto de lo que gasto me está aportando algo real? ¿Qué parte es simplemente costumbre o inercia?
La ansiedad por el ahorro también se transforma

Ahorrar ya no es un objetivo abstracto o moral. Deja de ser un mandato de “los que saben” para volverse una estrategia de supervivencia mental. Porque la idea de estar a un despido, una enfermedad o una devaluación de distancia de quedarte sin respaldo empieza a tomar otro tono. Uno más tangible.
Pero no se trata solo de guardar lo que sobra. Ahorrar después de los treinta implica también empezar a pensar en horizontes más largos. No es solo el viaje a fin de año o cambiar el celular. Es también tener algo para un alquiler inesperado, para estudiar algo nuevo, o incluso para ayudar a alguien cercano. Lo que cambia no es solo el monto, sino el sentido del ahorro.
Y con ese cambio de perspectiva aparece una búsqueda silenciosa por formas más eficientes de cuidar lo que uno tiene. En algunos casos, eso se traduce en abrir una cuenta en un broker de inversiones, sin muchas vueltas, como quien da un paso más allá del simple ahorro en el banco.
Cambia la relación con el trabajo y con el tiempo
A medida que se acumulan años en el mercado laboral, también se acumula cansancio. Ya no todo se mide en horas trabajadas o en sueldo a fin de mes. La idea de que el trabajo es “todo” empieza a resquebrajarse. Y eso cambia la manera de tomar decisiones económicas.
Empezamos a valorar más el tiempo libre, la salud, el equilibrio. Y si bien eso puede chocar con ciertas realidades laborales duras (porque no todos pueden elegir), hay un giro en la manera en que se negocia ese intercambio. Cada vez más personas prefieren ganar un poco menos si eso implica vivir un poco mejor.
Esa elección también se refleja en cómo se gasta. Aparece el gasto que libera, no el que ata. Se dejan de lado objetos para invertir en experiencias. O se reorganizan prioridades: menos cuotas, menos “aspiracionales”, más presente manejable.
Aparece una conciencia más real sobre los límites
Después de cierta edad, uno ya se chocó con sus propios errores financieros varias veces. Ya pidió un crédito que tardó demasiado en pagar. Ya dejó pasar una oportunidad por miedo. Ya se dejó llevar por modas o gurús que prometían ingresos fáciles. Y con esos tropiezos, viene la cautela. La desconfianza selectiva. La necesidad de chequear dos veces antes de firmar algo.
Pero también viene una honestidad nueva. Aceptar, por ejemplo, que no se puede todo. Que tal vez no se llegue a comprar una propiedad. Que quizás el auto nuevo quede para más adelante. Y que eso no significa fracaso, sino recalibrar expectativas para poder vivir sin sentirse siempre corriendo atrás de algo.
Esta conciencia también lleva a hacer cuentas más sinceras. A dejar de postergar decisiones incómodas. A mirar de frente lo que se tiene, lo que se gana y lo que se puede realmente hacer con eso.
Los vínculos también ordenan la economía
No es lo mismo manejar el dinero cuando uno vive solo, que cuando convive con alguien, tiene hijos o comparte gastos. Los treinta, para muchas personas, vienen acompañados de cambios en la vida afectiva y familiar. Y eso repercute directamente en cómo se piensa y se usa el dinero.
Las conversaciones sobre plata dejan de ser hipotéticas. Pasan a formar parte de la rutina. Se discute quién paga qué, cómo se reparte el alquiler, qué se hace con el aguinaldo, si vale la pena invertir en tal o cual cosa. Se empieza a negociar, a hacer acuerdos, a renunciar a algunas cosas para sostener otras.
Y aunque no siempre es fácil, esa exposición también permite aprendizajes nuevos. Porque el dinero compartido enseña sobre confianza, sobre límites, sobre planificaciones conjuntas que no siempre salen como uno espera.
Se empieza a pensar más en el largo plazo, sin obsesionarse

No todo el mundo después de los treinta se convierte en planificador serial. De hecho, muchas personas siguen lidiando con la incertidumbre diaria. Pero aun así, algo cambia: la idea del futuro se vuelve más concreta. No como una promesa lejana, sino como algo que, de a poco, empieza a armarse desde ahora.
Esa imagen futura puede tomar distintas formas: un proyecto propio, un cambio de carrera, mudarse, reducir el ritmo laboral, viajar más. Pero lo que importa no es el qué, sino el cómo se empieza a sostener eso desde el presente.
Y ahí es donde pequeñas decisiones —como dejar de gastar por impulso, empezar a informarse mejor, cuidar el crédito o automatizar ciertas cuentas— empiezan a tener un peso inesperado.
Sin hacer ruido, sin dar discursos motivacionales, sin seguir fórmulas rígidas. Solo con la conciencia silenciosa de que el tiempo avanza, y que el modo en que nos relacionamos con el dinero puede sumar o restar a la vida que queremos.
No hay una fórmula perfecta, pero sí hay un ritmo propio
Llegar a los treinta no garantiza sabiduría financiera. Tampoco asegura estabilidad. Pero sí permite una cosa: perspectiva. La posibilidad de mirar para atrás y ver qué cosas funcionaron, cuáles no, y qué hábitos valdría la pena modificar.
Al final del día, aprender sobre plata no es solo cuestión de números. Es también una forma de entenderse a uno mismo. De revisar prioridades. De preguntarse, cada tanto, si lo que uno está haciendo con su dinero —y con su tiempo— tiene algún sentido.
Y aunque la respuesta cambie con el tiempo, lo importante es seguir haciéndose la pregunta. Una y otra vez. Porque ahí, en ese pequeño gesto, tal vez empiece a jugarse algo más profundo que la simple administración de recursos. Algo que se parece, quizás, a una forma de cuidado.
Roca
Avanza el proyecto de pavimento en el barrio Quintu Panal
La obra, que incluye 22 cuadras, será abonada por los frentistas en función de la superficie y de los metros lineales de frente de cada lote.

Contando con la aprobación del Concejo Deliberante, el Poder Ejecutivo Municipal abrió la licitación para la pavimentación de 22 cuadras y obras complementarias en barrio Quintu Panal de General Roca.
La obra tendrá un costo total estimado de $1.521.817.990,60 que, conforme a la Ordenanza N° 4021/05 será abonado por los frentistas en función de la superficie y de los metros lineales de frente de cada lote, más los metros lineales de cordón cuneta en el caso que correspondiere.
Las calles donde se llevarán adelante los trabajos son Chile entre Buenos Aires y Córdoba; Brasil entre Buenos Aires y Mendoza; México entre La Pampa y Mendoza; Paraguay entre Fleming y Mendoza; Valle Azul entre Chula Vista y Chile; Chacabuco entre Chula Vista y Estados Unidos; La Pampa entre Chula Vista y Estados Unidos; Fleming entre Brasil y Chile; Córdoba entre Paraguay y Chula Vista; Valle Azul entre Uruguay y Brasil; Chacabuco entre México y Uruguay; y La Pampa entre Paraguay y Uruguay.
En cumplimiento de los pasos administrativos correspondientes -incluido el Registro de Oposición-, el Municipio avanza ahora con el proceso licitatorio para ejecutar la obra.
La apertura de sobres del llamado a Licitación Pública Nº 11/20255 se realizará el próximo miércoles 7 de mayo.
Roca
Vuelven a la carga para lograr desregular el transporte y que aplicaciones como Uber lleguen a Roca
La Libertad Avanza presentó un proyecto en el Concejo Deliberante.

Un nuevo proyecto presentado por integrantes del espacios de La Libertad Avanza -el partido del presidente Javier Milei- en General Roca busca desregular el sistema de transporte de pasajeros en la ciudad y permitir el funcionamiento de plataformas digitales como Uber.
Según informaron desde el partido libertario, la iniciativa apunta a «habilitar el funcionamiento de plataformas digitales como alternativa moderna al servicio tradicional de taxis, apostando a la sana competencia y la generación de empleo genuino».
El proyecto propone que «cualquier vecino con vehículo pueda ofrecer traslados a través de una aplicación móvil, sin intermediarios ni costos ocultos. Las tarifas serían libres y definidas por cada plataforma, sin intervención estatal. Además, los viajes contarían con seguro obligatorio, identificación del conductor y seguimiento en tiempo real, garantizando seguridad y transparencia para todos.»
Desde La Libertad Avanza también plantean «eliminar las tasas municipales que actualmente afectan al sistema de taxis, con el objetivo de que todos los actores compitan en igualdad de condiciones. Así, se amplía la oferta, se reducen los tiempos de espera y se mejora la calidad del servicio para los vecinos», señalaron.
«Con esta ordenanza, avanzamos hacia un modelo de ciudad más libre, más eficiente y con más oportunidades de trabajo. Apostamos a que el Estado deje de ser un obstáculo y se convierta en facilitador del progreso», concluyeron desde el espacio que lidera Javier Milei y su hermana Karina a nivel nacional.
La propuesta será debatida en el Concejo Deliberante de General Roca en las próximas sesiones.