Opinión
Vamos por la segunda y definitiva independencia, fuera Lewis de Argentina
Organizaciones sindicales reflexionan al cumplirse próximamente 200 años de la Independencia.
Se cumplen 200 años de nuestra independencia nacional. Nuestros patriotas lucharon para hacer posible aquello que era y sigue siendo necesario. “ser libres de toda dominación extranjera” dijeron. El diputado Pedro Medrano por la provincia de Bs. As. Planteó: “Ni amo nuevo, ni amo viejo, ningún amo”.
Estos patriotas fueron representados primero por Moreno, Castelli, Monteagudo, incluso Artigas y luego Güemes, Juana Azurduy, San Martín y Belgrano. Sostuvieron en todas las instancias, en reuniones y congresos, y centralmente en el campo de batalla, la necesidad de ser libres como nación, “independencia con igualdad”, decían.
A 200 años de la declaración de independencia reivindicamos aquellos sucesos patrios, remarcando la necesidad de concluir definitivamente la convicción de aquellos patriotas a través de una segunda independencia nacional. Ellos planteaban la unidad con los pueblos originarios, negros mulatos y originarios que combatieron en los ejércitos libertarios.
El ala izquierda de la Revolución de Mayo fue derrotado. Se impusieron sectores terratenientes y proclives a la dependencia externa. Es así que a principios del siglo pasado se decía que nuestro país era dependiente: económicamente de los ingleses, culturalmente de los franceses y militarmente de los alemanes, aunque todos hacían negocios económicos, como imperialistas que eran.
De Belgrano, a Roca y Lewis
Claramente la Argentina era un país disputado por varias potencias, como sucede en la actualidad. Un representante genuino de este sector terrateniente y pro-imperialista fue el General Julio Argentino Roca gestor de la llamada “Conquista del desierto” y del genocidio de nuestros pueblos originarios. El Gral. Roca era partidario de atar nuestro país a la dependencia de la corona británica. Así fue que Inglaterra diseñó nuestros ferrocarriles, acaparando inmensos latifundios incluidos las grandes estancias en la Línea Sur de nuestra provincia, permitiendo en todos ellos, pingues ganancias para monopolios y terratenientes de ese país. El incondicional amigo de Macri hace más de 11 años, es el mayor inversor en Tavistock Group, que tiene más de 200 compañías en 15 países. En Río Negro tiene en Sierra Grande un aeropuerto propio, En Bolsón la apropiación ilegítima del lago Escondido y una usina generadora de energía que aprovecha la caída del río Escondido. Precisamente por este motivo, Lewis está a punto de cobrar un 20% más si logra ingresar al sistema interconectado nacional.
Su representante Van Ditmar amenazó con utilizar el Remington para defender la propiedad de su patrón. Además, Lewis es socio de Mindlin, ex dueño del Banco Patagonia, accionista principal de Edenor, y ahora conjuntamente a través de la empresa Pampa Energía compradores de Petrobras, la segunda empresa en la provincia en el rubro hidrocarburos, e incluso podría ser la primera ya que YSUR, subsidiaria de YPF (que es la más importante), acaba de informar que venderá su patrimonio en Río Negro.
Gobiernos al servicio de los monopolios
Hoy el gobierno de gerentes del actual presidente Mauricio Macri y del gobernador Alberto Weretilneck representan la garantía para el sometimiento nacional. A través de su política descargan y profundizan la herencia kirchnerista sobre los sectores populares a través de más ajuste, más dependencia y más latifundio terrateniente.
En Río Negro, las medidas de Macri -devaluación, quita de retenciones y desembolso por puertos patagónicos- favorecieron de sobremanera a los monopolios extranjeros. En 200 días de gobierno, transfirió 1.500 millones de pesos al sector exportador frutícola concentrado en 4 empresas, mientras los cientos de pequeños y medianos productores siguen produciendo a pérdida -no llegan a cubrir el 60% del costo de producción por kg de fruta. Así está la producción nacional.
Los más favorecidos son los de afuera, como Patagonian Fruit, vinculada al imperialismo Ruso y la Alemania oriental.
A las petroleras les transfirió ganancias por 3.500 millones de dólares. En la zona, Ysur tiene la concesión de 300 pozos en Allen de los cuales extraen riquezas que se van afuera, de alrededor de 110 millones de dólares por año.
Un gran y masivo acto por la independencia
Por todo lo expuesto, en este bicentenario de nuestra independencia proponemos unificar la pelea histórica por la soberanía nacional en un acto político-cultural multisectorial este 9 de julio en la entrada del camino de Tacuifi para reivindicar aquella emancipación del 9 de julio de 1816 y gestar un movimiento por la segunda y definitiva independencia. Ese es el lugar donde Lewis construyó su mansión de ocho millones de dólares, cercando el paso público hacia la entrada de nuestro Lago Escondido.
Planteamos los siguientes puntos básicos fundacionales para este movimiento:
1) Frente a los acuerdos de Macri con jerarcas imperialistas como Obama (yanqui), Cameron (inglés), Hollande (francés), Putin (ruso) y Xijimping (Chino) que someten a la Argentina, reafirmamos la necesidad de una segunda y definitiva independencia nacional libre de todo imperialismo. “ni amo nuevo, ni amo viejo, ningún amo”.
2) Expropiación y estatización de la usina eléctrica en Río Escondido. Que el Estado Provincial no otorgue el aval que necesita Joe Lewis para ingresar al sistema interconectado nacional. Exigimos al Gobierno nacional la no operatividad del aeropuerto de Lewis en Sierra Grande habilitado para aviones de gran porte, como los utilizados por la OTAN. Utilización plena del camino de Tacuifi para acceder libremente a cualquier vecino, como prescribe la sentencia lograda por el pueblo de la zona andina y fundamentalmente por la senadora Magdalena Odarda.
3) Promover un ley provincial de tierras que impida la propiedad extranjera en nuestra provincia y por ende la expropiación de todas las propiedades extranjeras incluida las de Joe Lewis. Que también garantice Tierra para los pueblos originarios en cantidad y calidad para su sostén. Derogación de la nefasta ley nacional de tierras, supuestamente contra la extranjerización promovida por gobierno anterior.
4) Precio sostén para los pequeños y medianos productores. Salario digno para los trabajadores. Ley provincial que permita la participación unificada de los pequeños y medianos chacareros en la comercialización de su fruta.
5) Derogación inmediata de la ley antiterrorista y el protocolo del gobierno actual.
Invitamos a gremios, agrupaciones, organizaciones sociales, partidos políticos a unirse a este movimiento y formar parte de este acto.
Firman:
Central de Trabajadores Argentinos (CTA) Autónoma de Río Negro; ATE Río Negro;ATE Bariloche;ADUNC; UnTER Río Colorado; UnTER Allen; CEPA Comahue (Presidencia FUC); Presidencia de Centro de Estudiantes de Ciencias de la Educación y Psicología; Multisectorial de Mujeres de Fisque Menuco; Agrupación Docente Violeta; Centro Cultural Aimé Paine; Movimiento Ni un Pibe Menos por la Droga; MUS (Movimiento Unidad Secundaria); Partido Socialista; Partido Comunista Revolucionario; PTP; Emancipación Sur; Unidad Popular; Frente Popular; y Juventud Comunista Revolucionaria.
Opinión
Después de la autocrítica, las propuestas
Nota de opinión por Federico Vasches y Pedro Videla. Integrantes del Observatorio de Políticas Públicas y Sociales de Río Negro.
El resultado del domingo 13 de agosto en las PASO, amerita muchas reflexiones, algunos mea culpa y diferentes lecturas. Arrojando un mensaje contundente: el problema siempre lo tiene quien gobierna.
Estos días escuchamos críticas cruzadas en los medios, medidas a medias tintas, modelos inciertos de gobierno y concepciones contradictorias de estado.
Según el espacio, partido político o frente electoral, su permeabilidad, cuota de realidad, ganas y posibilidad de leer el contexto, habrán hecho su autocrítica.
Ahora bien, luego de los dolores y alegrías, los aciertos y errores, las heridas y fortalezas: ¿qué pasó con las propuestas?
Sin pretender ser exhaustivos (y sabiendo que la mayor responsabilidad siempre la tiene quien gobierna), traemos algunas recomendaciones sobre las que se podría fundar la reconstrucción, dirigida a octubre. Las cuales podemos resumir en: “tener un federalismo tangible, con agendas públicas abiertas y dónde la ciencia, la tecnología y el conocimiento, se socialicen y popularicen”.
I. Federalismo Tangible: no decimos nada nuevo con esta afirmación, ya que es una deuda abierta de más de 200 años.
Pero permitámonos imaginar espacios reales de coordinación entre estamentos, niveles y poderes del estado. Pensemos la potencia que tendría y cómo se notaría la “capilaridad social del estado” en palabras del Oszlak, si todos/as quienes integramos el estado tuviéramos la misma convicción e intención de poner nuestros mejores esfuerzos al servicio del/a otro/a, más allá de los signos políticos, partidarios y/o ideológicos.
Si las administraciones tuvieran la posibilidad de coordinar en los territorios con las organizaciones libres del pueblo, no con ánimos de modificarlas o encorsetarlas, sino de reconocerlas, de asociarse para trabajar y aprender de ellas; esto podría escalar regionalmente y reactivar un tejido social que se encuentra bastante deshilachado.
No queremos diseñar políticas federales desde un escritorio remoto, sino disponer de la capacidad de situarse, leyendo las necesidades y particularidades de los actores para trabajar.
II. Agendas Públicas Abiertas: sabemos de los tiempos y agendas apretadas de quienes integran los poderes del estado, en especial en el ejecutivo. Quienes tratan de publicitar sus actos de gobierno mediante comunicados oficiales y redes sociales.
No pretendemos comunicar una vez consumado, sino anticipar cuál será la agenda personal futura, los lugares, espacios, actos públicos en los que participarán. Posibilitando cierto control ciudadano y permitiendo conocer a las personas.
Si existe bastante apatía con la clase política, y en algunos actos por no “mover” a la tropa quedarían vacantes, cabe reclamar que nunca se sabe con antelación la posible visita del funcionario. Esto será una práctica que se construya en cada territorio, que arroje ganancias plenas, ya que nadie se esconderá y todas y todos nos nutriremos de con nuestras/os representantes cerca.
III. Ciencia, Tecnología y Conocimiento Socializado y Popularizado: nadie cuestiona la importancia de las Universidades ni desmerece el rol de la ciencia y la tecnología, pero debemos pensarlo en detalle, ya que le asunto es un poco más complejo.
Porque las Universidades (y el sistema educativo todo) cumple un rol innegable en la formación de nuevas/os profesionales y el sistema institucional de Ciencia y Tecnología aporta valor a la reflexión, a la comprensión y al desarrollo de nuevas soluciones. ¿Entonces dónde radica el problema?
Básicamente en la falta de información sobre esto, en no poder responder clara y abiertamente a la sociedad a las preguntas de ¿para qué sirve la investigación?, ¿qué se está investigando?, ¿cuáles son los avances y/o aportes tangibles en términos cotidianos y sociales para la/el vecina/o de a pie?
No se malinterprete, ya que no hay de fondo un cuestionamiento al rol de la CyT en el desarrollo de un país, sino a la incapacidad que este sistema ha presentado para vincularse y legitimarse con la sociedad; no es una crítica a quienes investigan, sino a quienes dirigen las instituciones.
¿Será posible pensar en jornadas de divulgación en los territorios, encuentros en bibliotecas barriales y/o centros comunitarios, mesas de trabajo con instituciones públicas y privadas? ¿Dar entonces esas discusiones incómodas y poner el valor de las investigaciones al servicio del vecino?
No hay recetas mágicas, sino un camino por delante el cual no se recorre únicamente en tiempos electorales, el que debe ser fundamento de debate y apropiación ideológica del estado y las políticas públicas que pretendemos para forjar la Patria Grande que necesitamos.
Federico Vasches y Pedro Videla.
Integrantes del Observatorio de Políticas Públicas y Sociales de Río Negro.
Opinión
Que no se hagan los sorprendidos
Nota de opinión por Ariel Rivero, presidente del Concejo Municipal de Campo Grande.
Nadie puede mostrarse sorprendido por la actitud asumida por el gobierno nacional respecto a la la finalización de las concesiones de las represas.
Razones históricas de permanente avasallamiento de los intereses provinciales, imposiciones, presiones, menosprecio, son actitudes que los gobiernos centrales han tenido a lo largo de los años sobre las provincias, especialmente las patagónicas.
Sin embargo no ha habido, salvo honrosas excepciones que datan de hace más de 50 o 60 años, acciones firmes y concretas ni de los poderes del Estado, ni de partidos políticos, ni de instituciones, ni de las fuerzas vivas de la región, para evitar tantos atropellos.
Solo frías apariciones mediáticas, tardías y débiles gestiones, cuyo resultado era absolutamente previsible. Claramente cuando las acciones son tímidas, como pidiendo permiso, la respuesta de la centralidad del poder nos demuestra la histórica e increíble realidad de una Argentina con una grave deformación demográfica, económica y política del país sobre sus mejores posibilidades.
Y aquí estamos otra vez los patagónicos aceptando sin condicionamientos, como resignados, los avances y contradicciones en un país de un federalismo meramente formal y un centralismo real que impone las condiciones desde la ciudad puerto a provincias periféricas con relativo poder y en su mayoría olvidadas.
Otra muestra más de la falta de previsiones, planificación y políticas acertadas. Lo dije hace unos días; el gobierno nacional estiró el proceso, esquivó respuestas, postergó decisiones y nuestros representantes lo dejaron actuar con displicencia para que ahora ni siquiera nos den la oportunidad de brindar opinión a quienes somos los propietarios de los recursos. Así que nadie se puede hacer el sorprendido o sorprendida.
Ahora bien, para no seguir llorando sobre la leche derramada.
¿Qué vamos a esperar ahora? Que este deficiente e incalificable gobierno nacional utilice estos últimos meses de gestión para incorporar directores, gerentes, personal administrativo, etc. a una nueva gran empresa pública que funcione en un gran edificio en la “city porteña” para ver como juntan el dinero que se genera a partir de nuestros recursos, y nos sigan obligándonos a subvencionarlos calladitos la boca, aunque su decisión es anticonstitucional, centralista y autoritaria?
¿Qué vamos a esperar? Que algún funcionario del gobierno nacional se digne a atender a nuestros representantes y los conforme con el nombramiento de algunos asesores en esa nueva empresa o con suerte como accionistas minoritarios.
¿Qué vamos a esperar? Que nos sigan utilizando “nuestra” agua discrecionalmente para recibir energía eléctrica en sus ciudades, sin tener en cuenta nuestra demanda
¿Qué vamos a esperar? Que el equipamiento, generadores, turbinas, que han recibido en 30 años un mantenimiento mínimo colapsen, poniendo en riesgo a las poblaciones que vivimos aguas abajo.
Propongo que nuestros actuales gobernantes provinciales y sus respectivos sucesores, junto a legisladores, intendentes, jueces, representantes de los partidos políticos, profesionales en la materia, técnicos y especialistas de ambas jurisdicciones, acordemos la necesidad de pelear de una vez por todas por nuestros derechos.
Utilicemos todos los mecanismos democráticos y judiciales para revertir este nuevo atropello y definamos en conjunto lo que se debe hacer con las represas, si las manejara el Estado o se vuelven a privatizar, establecer una retribución justa y equitativa del uso de “nuestra” agua, definir claramente las prioridades de su uso, el sistema tarifario, los beneficios para la región, la seguridad de las poblaciones, regalías, y en definitiva, establecer junto al gobierno nacional los marcos regulatorios del funcionamiento de las represas desde los ámbitos políticos, jurídicos, constitucionales, técnicos y económicos.
Ariel Rivero
Presidente del Concejo Municipal de Campo Grande.-
Opinión
Entre la sensación y el bolsillo, está la inflación
Nota de opinión por Federico Vasches, integrante del Observatorio de Políticas Públicas y Sociales de Río Negro.-
Vivir en Argentina es una de las cosas más lindas que como argentino podés experimentar, quien no nació aquí y no vive en esta tierra nunca lo entenderá. Quizá por ello, no son pocas las veces en que oímos que desde el exterior se cuestionan cómo es que nos apasiona tanto vivir acá, más aún cuando se enteran de esas situaciones, que por cotidianas vamos normalizando.
No hace falta que enumere, pero casi que nuestros días se desarrollan de una manera vertiginosa y similar a la siguiente: despertamos, nos trasladamos, trabajamos, nos formamos, criamos hijos, somos productivos, realizamos compras, cumplimos con nuestros compromisos cotidianos y quienes podemos tratamos de darnos nuestro tiempo. Hasta allí un relato común a muchas familias, pero sabemos que detrás de ello tenemos una preocupación que nos asecha, cuando no nos alcanza, e incluso nos inmoviliza: la inflación.
Entiendo que todos tenemos una idea formada sobre lo que sucede en el país, cuál es el mal que nos aqueja, aportando alguna respuesta a esa pregunta que nos resuena: ¿qué nos pasa que no podemos encontrar el rumbo económico?
Acordamos que la inflación está, existe y es tangible. Lo que también es cierto es que se nos presentan dos inflaciones, una de cada lado. Una es la de los medios, la de los análisis elocuentes y macroeconómicos, la de las explicaciones que provienen del exterior, la del ajuste y la urgente necesidad de achicar el estado; del otro lado está la de todos los días, la del bolsillo, la del comercio de cercanía, la del pan, la carne y la leche.
Esta situación que vivimos, nos atraviesa y por momentos pareciera que ponemos el ojo, la atención y la preocupación en cosas que no lo ameritan, es que, si la inflación se nos presenta como un fenómeno de difícil solución, debe entonces serlo también, de difícil comprensión.
Traigo una propuesta para revisar y acercarnos al asunto, para que podamos discutir luego del peso y los aumentos, mirando un poco más allá.
Un primer problema que advierto es el impacto por el aumento desmedido en el valor nominal de los productos. Esto es el choque, el susto y por momentos la angustia e indignación que nos genera el nuevo valor de eso que hace poco compramos a un precio inferior. Aquí me interesa que pensemos que luego de este sacudón por el nuevo precio de la cosa, tratemos de comprender que, si este incremento va acompasado a las paritarias, es decir al incremento de los salarios, no existe problema alguno. Si algo vale $100 y mi ingreso es de $1.000, y eso mismo pasa a valer $200 y mi ingreso se duplica de la misma forma alcanzando los $2.000, vemos una proporcionalidad entre uno y otro. Con lo cual, y en la medida de que al nuevo precio pueda seguir comprando lo mismo que antes, no habría mayor problema. Aunque sabemos que en estos tiempos las cosas no son así y vamos perdiendo.
Un segundo problema, es el de la pérdida de poder adquisitivo para las clases asalariadas. Es decir, esta pérdida de capacidad real, se compone de una inflación sobre los productos de consumo y servicios más una serie de paritarias en las que las negociaciones no han conseguido ni siquiera compensar esos aumentos. No hablamos de ganar, pero ni para el empate nos alcanza. Lo grave de esta situación es que se da en especial sobre los productos de la canasta básica de alimentos y que ello repercute particularmente en las familias de bajos recursos quienes son las que destinan mayor parte de sus ingresos a la adquisición de alimentos. Imaginemos que si bien la inflación es un promedio general, no es el mismo impacto que genera en familias de clase media asalariada en zonas periféricas, que en las de clase alta de grandes ciudades. Para las primeras los aumentos más sensibles serán los referidos a los alimentos (los cuales han alcanzado los más altos índices de incremento) y servicios básicos de agua, luz y gas y transporte; contra las segundas que seguramente se vean afectadas por los aumentos en medicinas prepagas, expensas de edificios, servicios de conectividad y televisión por cable, impuestos y tasas municipales, combustible, seguros y patente.
Cabe destacar que no me refiero a dueños de grandes empresas nacionales ni trasnacionales, de esas que tienen cuentas en monedas extranjeras en el exterior y cotizan en la bolsa de valores, tampoco a quienes han tenido la dicha de heredar grandes fortunas y/o con sus apellidos les basta, menos aún estoy pensando en quienes viven en barrios super privados con hasta tres empleadas de casa particulares más la propia con cama adentro. Si no que estoy pensando en personas de clase media asalariada, formadas y/o en formación siendo inclusive primera o segunda generación universitaria, con hijos, con casa propia con crédito hipotecario y/o alquilando, que con sus ingresos cubren sus gastos mensuales y dependen del ingreso próximo para continuar sus planes, es decir me refiero a la gran mayoría de la población.
Hoy quedan atrás esas historias de padres y abuelos que con el aguinaldo cambiaban el auto, de quienes con sus salarios podían comprar un terreno y con sus propias manos construir su casa para habitarla en familia como proyecto de vida, de quienes con esfuerzo propio montaban su empresa escalando a escala regional; actualmente tener un auto, comprar o construir una casa es prohibitivo para una gran proporción de la población.
Evidentemente son tiempos complejos, y si podemos afirmar que el futbol es la gran pasión nacional, la inflación es entonces el gran flagelo. Todo se agravaría de continuar en este carril y dejar que las cosas pasen. Porque pareciera que siempre lo hacen en detrimento de la gran mayoría, porque no seamos necios, si hay inflación es porque hay formadores de precios. Esos mismos a los que nos me refiero, esos mismos que generan nuevos precios y/o elevan los existentes son a quienes menos les afecta.
Si el estado no está presente con controles efectivos, con mano firme y compromisos que pueda y deba cumplir, trabajando del lado y con la ciudadanía para que seamos todos y todas componentes activos en lo que necesitamos que se venga, claramente seremos los perjudicados. Porque si el estado no interviene, y si no nos despertamos para que algunas cosas cambien, quienes ganen, serán los de siempre: serán ellos.
Federico Vasches – DNI: 32.991.877
Integrante del Observatorio de Políticas Públicas y Sociales de Río Negro.-