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Agro

Gerbán continuará al frente de la Cooperativa JJ Gómez

Sus compañeros le renovaron el mandato en asamblea y mediante voto secreto.

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“Puede sonar romántico, pero es muy real”, dice este hombre joven (el 3 de diciembre cumplirá 40 años), cuando habla de cooperativismo. Se llama Felipe Gerbán, y el 24 de setiembre, luego de una asamblea y mediante voto secreto, sus compañeros de la Cooperativa de Trabajo JJ Gómez le renovaron el mandato como presidente de manera unánime.

Justo en el límite entre Allen y Roca, pero del lado de Roca, y cerca del río, hay una chacra de 37 hectáreas que los trabajadores compraron hace dos años. Ahí, sobre un parque verde, y un silencio infinito que fue resquebrajado en dos o tres oportunidades por unos loros, Felipe abrió el arcón donde guarda los conceptos que han llevado a una “fábrica recuperada” a sortear los mil y un escollos, y que hoy se prepara para incorporar más mano de obra, y que además ya tiene los planos para levantar una nueva planta de faena.

A lo largo de la charla surgen como pilares algunas definiciones: coherencia, pensar a 10 años, independencia, vivir e invertir.

Periodista: ¿Es el sistema cooperativo válido, en un contexto de Pymes en permanente zozobra, para llevar adelante una empresa?
Felipe Gerbán: No es un sistema perfecto, tiene sus dificultades. Porque muchas veces uno piensa que somos muchos, que es algo colectivo, que nos pertenece a todos.. Y el concepto que tiene la sociedad es que es muy difícil llevarlo adelante. A nosotros, ahora después de casi veinte años, nos parece fácil. Fue bastante difícil al comienzo por todo lo que nos pasó, como las cuestiones legales, la fábrica en estado de abandono, que no nos conocíamos entre algunos compañeros. Pero es un sistema que puede permanecer en el tiempo sin ningún problema. Escuchando al otro, que haya mucha participación, que sea bien democrático. El sistema para mí es muy bueno porque lleva a un bien colectivo. No es un bien particular. Nadie está haciendo un esfuerzo solamente por él, sino por todos los compañeros y por su familia. Se aporta desde ese lado. Así que nos parece bárbaro. Por como venimos trabajando nos da resultado. Por un lado es como romántico el sistema, porque es algo para todos. Pero creo que aparte de que sea romántico, tiene que ser real. O sea que los trabajadores y sus familias realmente tengan un buen salario, que tengan una cobertura social, que se puedan llevar bien entre compañeros, sin hostigamiento de parte de los patrones. No tenemos patrones. Sí hay gente que coordina. Para mí el sistema funciona con conciencia, siendo coherente en las decisiones que se toman. Por eso es un proyecto que puede durar muchísimo tiempo

P: Decías que el beneficio tiene que ser real. Si hoy tomamos un trabajador de la carne bajo patrón y otro de la cooperativa, como están en relación al bolsillo?
F.G.: No voy a hablar de números, pero en comparación estamos un poquito más del 20% por encima del sueldo promedio que gana un trabajador de la carne. Por lo menos en Río Negro y Neuquén, que son los datos que yo tengo. Pero no se trabaja solo en eso, sino que el trabajador se lleva un bolsón de verdura, tiene todos los elementos de protección desde el primer día que empezamos con la con la pandemia; se trabaja mucho en las relaciones personales, en las relaciones humanas entre los trabajadores. Más allá del número, creo que somos todos seres humanos, somos todos compañeros y se trabaja mucho en eso. Aparte de ser dueños de la planta, hoy son dueños de una granja autosustentable, por ejemplo. Creo que va más allá de ser un trabajador de un frigorífico.

P: Hay ejemplos frecuentes de empresas que van a la quiebra y los trabajadores quedan a la deriva. Conflictos extensos sin que se puedan cobrar los salarios. Cuando ve esos conflictos, piensa que la conformación de una cooperativa es una salida posible?
F.G.: Sí. Más viéndolo después de 20 años, y luego de todo lo que pasamos cuando esto comenzaba. Que no había legislación sobre el tema. Y hasta fuimos partícipes de esa reforma en la ley de quiebras. Hoy, si una empresa quiebra, el Juez tiene que preguntarle a los trabajadores si quieren hacerse cargo y mediante una cooperativa continuar con la explotación de la fábrica. Muchos, la mayoría de los trabajadores, lo desconoce y la sociedad lo ignora. Pero esto es ley. Vemos sí que cada año que pasa, es complicado, porque la sociedad de va tornando mas individual. Hemos visto, y nos ha pasado con empresas que han cerrado y en las que hemos estado dando una mano, que muchas veces no se pudo llegar. Y no fue porque no hayamos tenido voluntades o apoyos políticos, no fue porque no hayan estado las ganas, sino que muchas veces la gente no creyó en su propio compañero y se terminó desarmando el grupo. Y no fue porque las leyes no estaban. Hoy se puede trabajar sobre eso y las voluntades se pueden lograr. Pero sí me parece la mejor salida, porque después de 20 años vemos que el frigorífico trabaja mucho mejor que cuando trabajaba con patrones. No estamos diciendo que todos los patrones son malos ni nada. Lo que estamos diciendo es que para nosotros el trabajador se puede organizar diferente y puede hacer que una empresa, por los costos, por un montón de cuestiones que tienen que ver con la distribución de lo que gana una empresa, que va dividido distinto. Los impuestos son distintos y un montón de ventajas impositivas que se tienen y de más; y se puede administrar de una manera mejor. Por eso decimos que sí, que es muy buena alternativa cuando una empresa cierra, que los trabajadores se organicen y puedan salir adelante.

P: ¿Qué pasa con la grieta y la política? Todos deben tener su identidad política…
F.G.: Siempre, desde un principio que se comenzó con esto en el 2001, la cuestión política partidaria fue separada de lo fue la organización. Todos saben cuál es mi ideología política. Conozco cuál es la ideología política de los compañeros. Pero nunca la mezclamos. Y creo que eso tiene que ser la clave. O sea, primero saber qué piensa cada uno y cuál es su ideología, para saber de dónde viene cada opinión y demás. Pero lo importante es que, como las decisiones se toman por asamblea, es la mayoría la que la que decide. Y tratamos que las peleas políticas de los dirigentes queden siempre afuera. Todos sabemos cómo es la cuestión político partidaria: Los que hoy nos están gobernando, tal vez mañana puede cambiar el signo político, y ya no están. Y nosotros tenemos que continuar. Así que somos conscientes de eso hace mucho tiempo. La idea es tener una relación con todo el mundo. Algunos nos darán un poquito más de bolilla que otros, pero en definitiva nosotros estamos como para otra cosa. No somos dirigentes políticos hacia la sociedad. Trabajamos y dejamos separado eso. Y creo que también es un buen sistema, porque nos ha dado buenos resultados, y no hemos tenido peleas por cuestiones de este tipo.

P: ¿Cuando se reúnen y hablan del frigorífico.. qué proyectan, qué sueñan?
F.G.: En definitiva nuestro proyecto es generar puestos de trabajo. Para JJ Gómez, para General Roca. Y también ir creciendo en calidad de vida de cada trabajador. Esos son nuestros proyectos. Que cada trabajador pueda estar un poquito mejor. También ser más independientes. Esto de la chacra tiene que ver con eso. Esa es la clave para mantenerte en el tiempo. Los proyectos son muchos. Estamos hablando de hacer un frigorífico nuevo. De hacer una playa de vacunos fuera del barrio de JJ Gómez, por como viene creciendo la población para ese lado. No queremos tener problemas el día de mañana por quedar en el medio de la ciudad. Hay otros proyectos también, como la posibilidad de poder exportar a Países Árabes, y por la cuestión religiosa se nos pide que la faena de ovinos y caprinos no esté dentro de un lugar donde también se hace faena de cerdo. Por eso evaluamos si hacemos la playa de corderos fuera del predio de JJ Gómez, o la de vacunos. Estamos esperando los informes de la cámara emiratí para evaluar eso. Pero vamos despacito, paso a paso. Con pasos firmes para tratar de no retroceder, y equivocarnos lo menos posible. Siempre nos planteamos cómo vamos a estar 10 años para adelante, y la verdad que vemos que hay mucho futuro. Por ejemplo por el lugar donde estamos estratégicamente, la localización en relación a toda la población de Rio negro y Neuquén. Hoy somos el segundo frigorífico en el ranking de faena de la región.

P: Muchos frigoríficos incorporan lo que se denomina Fase 2, que es, como parte del servicio, entregar la carne ya despostada, trozada, para facilitar la comercialización.. Qué tan lejos o qué tan cerca están de esa etapa?
F.G.: Si estamos pensado en eso también para el mediano plazo. Creo que lo vamos a poder estar concretando. Existen algunas líneas de financiamiento a las que ya accedimos. Por lógica, estamos orientados en principio hacia el ovino. Pensamos en el cordero, porque estamos acostumbrados culturalmente a que se consuma entero en un cumpleaños o un evento especial. Pero trozado se lo puede consumir todo el año. La idea es regular la actividad de los productores en el campo, para que el año sea más largo. Por eso la idea es tratar de cambiar un poquito la lógica del consumo, para no comprar un cordero entero, sino por piezas. Así que se está trabajando sobre eso. calculamos que ya para esta temporada no lo vamos a tener, pero para la temporada 2021 ya estaría en marcha.

P: Usted habla de adaptar el frigorífico a nuevas exigencias. En ese contexto, ¿cuál es el nivel de inversiones para mantener las instalaciones y adaptarse a nuevas exigencias sanitarias? Teniendo en cuenta que, por ser un sistema cooperativo, cada peso que se invierte, no se distribuye…
F.G.: Exactamente. Tenemos un sistema que es como si fuera mitad y mitad. La mitad se invierte y la mitad es lo que se llevan los trabajadores. Fuera de lo que son los impuestos. Es un sistema que nos ha dado resultado por siempre se piensa a futuro. No queremos que nos pase que, tal vez como le pasó a otras empresas, que por no invertir se vaya cayendo todo, o que con el tiempo no podamos cumplir con determinado nivel para acceder a nuevos proyectos. Se venía invirtiendo a un buen ritmo, pero se frenó un poco porque el cuero hoy no tiene valor. Ahora está repuntando un poquito. Pero desde que comenzó la pandemia ya venía en caída y es una situación que están viviendo todos los frigoríficos del país.

P: Si se recupera el precio del cuero, tendrían una reserva importante.
F.G.: Si no hubiéramos tenido esa caída en los precios del cuero, y los efectos de la pandemia, hoy podríamos estar afrontando la construcción de cualquiera de estos dos frigoríficos. El de vacunos o el de ovinos. Pero recién la semana pasada pudimos sacar dos cargas de cueros.

Una granja para ser más fuertes

Un viejo tractor Fiat, apodado “La Hormiga Negra” por su tenebroso color negro mate, surca la tierra ya removida por enésima vez abriendo los surcos para plantar papas. Frente a las compuertas de una camioneta blanca, se arremolinan varias personas esperando su correspondiente ración del noble tubérculo para ir hasta el fondo de los surcos a depositarlos cada 10 centímetros. No son peones. Son trabajadores de la carne, administrativos, y amigos de un proyecto solidario. Vinieron un sábado a la mañana a pasarse unas horas bajo el sol para contribuir a la primera temporada de verduras de la granja bautizada como “La René”.

En este caso tampoco se trata de una licencia romántica, sino que fue René Roharte, uno de los primeros en traspasar los portones para custodiar las instalaciones de la ex Fricader hace 19 años. Y fue quien, entre los corrales del predio de JJ Gómez, hizo una huerta porque no había para comer. Y sumó verduras a las palomas que cazaban en los tanques de agua. “Y él nos alimentó con lo que pudo”, dice Gerbán, quien remarca que “le pusimos ese nombre como un homenaje”.

Felipe Gerbán, presidente de la Cooperativa de Trabajo JJ Gómez, reconoce que “se compró la chacra un poco como un espacio de recreación”, y una cancha de paddel, unas parrilleras y una pileta sustentan sus palabras.

“Pero derivó en el proyecto de hacer una granja autosustentable. La idea era usar la lógica, o sea, tener un pedazo de tierra y tratar de producir nuestros propios alimentos. Lo de la pandemia también nos empujó, porque las familias tienen que salir a comprar”, resume el presidente de la Cooperativa de Trabajo JJ Gómez, en referencia al bolsón de verduras que ya están entregando en convenio con la Asociación de Horticultores de General Roca.

Cuenta que “en esta etapa estamos trabajando la verdura, pero la idea es hacer algo de conejos, también gallinas para huevo. Hay un proyecto de piscicultura también. También poner un par de vacas lecheras. Todo con la idea de hacer un paquete, un bolsón, para que semanalmente los compañeros puedan llevarse productos que salgan de la granja”.

La treintena de personas que plantaron las papas, sobre el mediodía de un sábado soleado, toman sus botellas de agua y emprenden el regreso a casa. Se saludan. Hacen chistes. Posan para las fotos. Se ríen.
Lo que acaba de ocurrir es que “se sembró papa de manera colectiva”, cuenta Gerbán, y detalla que “vinieron y participaron muchos de los compañeros de la cooperativa. La idea es integrarlos y que sientan que esto les pertenece. Empezar a ver y compartir estos momentos, que para mí son buenísimos, como es el tema de plantar y después cosechar lo propio. Yo también estoy trabajando y dando una mano”.

Se han nivelado 8 hectáreas que están aptas para sembrar, y las acequias están altas y hay buena presión de agua. Además de herramientas de labranza, bajo unos sauces, cerca de la casa, funciona algo parecido a un taller de mecánica y herrería. Ahí, vía tutoriales, lógica e intuición, se trabaja en nuevas herramientas que faciliten las tareas de laboreo.

“Estamos haciendo algunas máquinas para mejorar lo que es el transplante de los plantines, para sembrar, un poco para cambiar la lógica de cómo se hace en el valle, que hay que estar de sol a sol trabajando arqueado, con la espalda complicada. La idea es tratar de buscarle la vuelta para que esos trabajos no sean de esa misma manera, sino que cambien y que te dé gusto venir a sembrar, a plantar”, se entusiasma y muestra videos de cómo otros, en otros puntos del mundo, se las ingeniaron para hacer sus propias herramientas.

“Estamos haciendo máquinas con chatarra vieja del frigorífico. Fierros que se sacaron, que ya no sirven, o no son utilizados en el frigorífico. Estamos reciclando y la verdad que los estamos probando y funcionan, así que nos parece genial la idea de mejorar el bienestar de la persona que está laburando en la huerta”, dice.

Se le pregunta por las metas, y responde: “Son muchos los proyectos. En la granja igual es seguir creciendo. Empezamos con verduras, pero hay un proyecto de piscicultura, de conejos, gallinas, algunas vacas. Todo destinado a la familia de la de la cooperativa”.

Agro

Ante el anuncio de Nación de flexibilizar la barrera sanitaria, otra vez Río Negro se manifestó en alerta por riesgo sanitario

«La sanidad no puede reducirse al precio de un corte o a decisiones de coyuntura. Es una construcción de largo plazo», indicaron desde el Gobierno provincial.

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El Gobierno de Río Negro manifestó su preocupación ante la decisión del Gobierno Nacional de flexibilizar la barrera sanitaria que «durante más de dos décadas protegió el estatus diferencial de la Patagonia». En este sentido, indicaron desde el Ejecutivo que «la reciente habilitación del ingreso de carne con hueso y otros productos provenientes de zonas donde se vacuna contra la fiebre aftosa implica un retroceso que pone en riesgo la sanidad animal, el trabajo productivo y la proyección internacional de toda la región».

«Durante 22 años, la Patagonia construyó una identidad sanitaria única, libre de fiebre aftosa sin vacunación, que fue reconocida por los mercados más exigentes del mundo. Esa construcción no fue casual ni automática: es el resultado de un esfuerzo conjunto entre productores, técnicos, organismos sanitarios y gobiernos provinciales comprometidos con una política coherente, planificada y basada en evidencia científica», agregaron.

«La sanidad no puede reducirse al precio de un corte o a decisiones de coyuntura. Es una construcción de largo plazo que requiere compromiso, responsabilidad y visión estratégica. Por eso, Río Negro insiste en que la Argentina debería haber avanzado hacia un esquema nacional unificado de mayor calidad sanitaria, en lugar de comprometer la posición alcanzada por las provincias del sur», expresaron desde el Gobierno rionegrino.

«En ese sentido, la Provincia fue clara: propuso avanzar hacia una Argentina libre de fiebre aftosa sin vacunación, subiendo la barrera sanitaria hacia el norte del país, y consolidando un estatus unificado de excelencia. Esa propuesta implicaba reconocer el esfuerzo de la Patagonia y llevar al resto del país a estar a la altura de las circunstancias, en vez de poner en riesgo lo ya logrado», agregaron.

El Gobierno de Río Negro considera que «esta flexibilización pone en jaque el camino recorrido y desvaloriza una estrategia que le ha dado al país una ventaja comparativa a nivel internacional. El estatus sanitario patagónico no sólo protege la carne bovina, sino también producciones estratégicas como la ganadería ovina, la lana y la fruticultura, gracias a un ecosistema libre de enfermedades y plagas como la mosca de los frutos».

Frente a esta decisión, «el Gobierno provincial reafirma su compromiso con la defensa del trabajo, la producción y la sanidad construida por los patagónicos. No se trata de una discusión política ni comercial: se trata de proteger un diferencial estratégico que costó años sostener, y que hoy no puede ser vulnerado por medidas que priorizan la inmediatez sobre la planificación», concluyeron.

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Agro

Ahora sí: Autorizaron el ingreso de carne con hueso a la Patagonia desde otras zonas del país

La medida había sido anunciada hace 3 meses pero suspendido provisoriamente tras el rechazo absoluto de gobernadores patagónicos.

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A través de la publicación de la Resolución N° 460/2025, el Gobierno comunicó las nuevas condiciones sanitarias establecidas por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) para el ingreso de material reproductivo, carnes y productos cárnicos de animales susceptibles a la fiebre aftosa a zonas del país donde la infección se encuentra controlada mediante vacunación.

La medida, firmada por el presidente de SENASA, Pablo Cortese, fue publicada este viernes (27/06) en el Boletín Oficial y ya entró en vigencia. De esta manera, representa un cambio parcial respecto a la normativa vigente desde hace más de dos décadas. Permitirá únicamente el traslado de cortes con huesos planos, como el asado y el costillar, bajo estrictas condiciones sanitarias y de trazabilidad.

La resolución afecta a productores, transportistas y comercializadores de productos de origen animal en todo el país, especialmente a quienes operan entre las distintas zonas sanitarias reconocidas por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA).

Cabe recordar que la medida había sido anunciada hace 3 meses pero, tras el reclamo de gobernadores patagónicos, el Gobierno decidió suspenderla provisoriamente por 90 días que, justamente, se cumplen este viernes.

La decisión modifica una prohibición establecida en 2002, año en que la Patagonia fue declarada zona libre de fiebre aftosa sin vacunación. Desde entonces, el ingreso de carne con hueso desde el norte de la región, incluso desde provincias con vacunación regular y reconocimiento internacional por su estatus sanitario, permanecía vedado. El nuevo esquema, sin embargo, no implica un levantamiento general de la llamada “barrera sanitaria”, sino que constituye una excepción puntual basada en criterios técnicos y sanitarios.

La decisión responde a la necesidad de actualizar los requisitos sanitarios internos tras consultas y pedidos de las provincias patagónicas, así como a los cambios en el capítulo de fiebre aftosa del Código Sanitario para los Animales Terrestres de la OMSA.

El documento señala que la Argentina mantiene cuatro zonas libres de fiebre aftosa, tres de ellas sin vacunación (Patagonia, Patagonia Norte A y Valles de Calingasta) y una con vacunación (Centro Norte y Cordón Fronterizo), todas reconocidas internacionalmente.

La resolución aclara que la actualización «no representa un impacto para el comercio internacional y el mantenimiento de los mercados con otros países o bloques vigentes, ya que dicha actualización responde a la realizada en el citado capítulo del Código Terrestre».

El alcance de la medida se limita a cortes específicos: costilla, asado y esternón, siempre que cumplan con requisitos rigurosos. Quedan excluidos los cortes con huesos largos, como el osobuco o el lomo con hueso, que seguirán prohibidos.

El producto autorizado deberá provenir de animales nacidos, criados y faenados en regiones reconocidas como libres de fiebre aftosa con vacunación. Además, solo se permitirá el ingreso de carne fresca refrigerada, sin incluir huesos de la cabeza ni de la columna, y se prohíbe el transporte de carne congelada, medias reses o animales enteros.

El protocolo sanitario exige que la carne cumpla con parámetros como la maduración, el pH, el tipo de empaque y la verificación del origen de los animales sacrificados. El traslado deberá realizarse en vehículos habilitados bajo condiciones específicas de bioseguridad, y cada envío estará sujeto a monitoreo documental, inspecciones presenciales y controles de temperatura durante el transporte. Las plantas frigoríficas interesadas en operar bajo este régimen deberán solicitar una autorización especial y cumplir con un protocolo técnico previamente validado por las autoridades sanitarias.

El destino exclusivo de la carne será el consumo interno dentro del área patagónica, sin posibilidad de que la mercadería salga nuevamente de la región.

La zona alcanzada por la disposición comprende todas las provincias ubicadas al sur del río Colorado: Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, así como el sector del partido de Patagones, en la provincia de Buenos Aires, situado al sur de ese límite natural. Esta delimitación geográfica responde a la necesidad de mantener el estatus sanitario diferencial de la Patagonia, reconocido tanto a nivel nacional como internacional.

En cuanto al material reproductivo, la resolución detalla que los embriones de bovinos y bubalinos producidos in vitro deben cumplir con las recomendaciones de la OMSA y que las hembras donantes no deben haber presentado signos clínicos de fiebre aftosa en el momento de la recolección. Además, deben haber permanecido los tres meses previos en una zona con vacunación y cumplir con requisitos de vacunación o pruebas negativas de anticuerpos.

Para el semen de rumiantes y cerdos domésticos, se exige que los donantes no hayan presentado síntomas y hayan permanecido al menos tres meses en una zona libre con vacunación, además de cumplir con requisitos de vacunación o pruebas serológicas.

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Agro

Cómo se enfrenta el campo a las sequías prolongadas

Sequías sin sorpresas: cómo piensan hoy los productores rurales para proteger el agua y sostener la operación cuando las lluvias no llegan.

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Cuando las lluvias escasean por meses y el calor se intensifica, las instalaciones rurales —desde pequeños establecimientos hasta grandes desarrollos agropecuarios— enfrentan uno de sus mayores desafíos: mantener la operación sin comprometer recursos esenciales como el agua. No se trata solo de asegurar la producción o el bienestar animal, sino de sostener una infraestructura funcional en contextos que se vuelven cada vez más extremos.

La sequía como factor estructural, no coyuntural

Si bien la sequía ha sido históricamente parte del ciclo climático de buena parte del territorio argentino, en los últimos años se ha observado una mayor recurrencia e intensidad, particularmente en regiones como la Pampa Húmeda, Cuyo y el norte del país. Lejos de ser eventos aislados, estos periodos secos se consolidan como fenómenos que modifican prácticas productivas, modelos de inversión y estrategias de supervivencia rural.

Frente a este panorama, la anticipación ya no es una ventaja competitiva: es una condición básica de permanencia. Contar con sistemas capaces de almacenar, redistribuir y racionalizar el agua adquiere un valor estratégico para productores y técnicos por igual.

Infraestructura que piensa en el futuro

En tiempos de lluvias normales, muchas instalaciones rurales funcionan sin sobresaltos: los pozos rinden, los bebederos se reponen automáticamente y el agua corre con generosidad por canales o sistemas de riego. Sin embargo, durante una sequía prolongada, esa misma infraestructura puede volverse insuficiente, vulnerable o directamente inoperante.

Por eso, cada vez más establecimientos incorporan tecnologías de respaldo que no solo apuntan a acumular agua, sino también a conservarla en buenas condiciones, distribuirla según prioridades operativas y, en algunos casos, incluso reutilizarla. El objetivo es simple, pero ambicioso: garantizar autonomía en contextos hostiles, sin depender completamente de fuentes externas o variables climáticas impredecibles.

Almacenamiento estratégico: mucho más que acumular

Cuando se habla de almacenar agua en zonas rurales, no se trata simplemente de juntar lo que se pueda «por las dudas». La planificación implica una lectura integral del entorno: capacidad del suelo para infiltrar o retener, pendientes del terreno, tipo de uso que se dará al recurso almacenado (humano, animal, productivo), así como también tiempos estimados de sequía.

Las cisternas enterradas, reservorios artificiales revestidos y tanques elevados forman parte de un abanico cada vez más sofisticado de soluciones. Su elección dependerá no solo del volumen requerido, sino también de factores como la evaporación, la exposición solar o la necesidad de aislamiento ante contaminantes.

Entre estas opciones, una alternativa que crece en instalaciones de mediana y gran escala es el uso del tanque de agua industrial, que permite no solo almacenar grandes volúmenes, sino hacerlo en estructuras durables, con mantenimiento bajo y adaptables a sistemas automatizados de carga y descarga.

Energía para mover el recurso

El agua acumulada no siempre está donde se la necesita, y ese traslado requiere energía. En escenarios donde la red eléctrica no llega o se vuelve inestable durante el verano, los sistemas de respaldo hídrico suelen combinarse con soluciones energéticas autónomas: paneles solares, baterías o generadores a biogás.

Estos sistemas no solo permiten alimentar bombas para extraer o redistribuir agua, sino que pueden integrarse con sensores que activan procesos de manera automática, sin intervención humana. La clave está en pensar el agua como parte de un sistema integrado que incluye energía, monitoreo y logística.

Detección temprana y monitoreo remoto

La sequía no avisa de un día para el otro. En muchos casos, es posible anticipar patrones de escasez con semanas o incluso meses de antelación. Para eso, los sensores de humedad de suelo, los medidores de caudal en perforaciones o los sistemas satelitales de seguimiento de lluvias son herramientas que permiten tomar decisiones con más tiempo y más precisión.

En establecimientos donde el recurso hídrico es clave, esta tecnología ya no es un lujo: es una necesidad que puede marcar la diferencia entre sostener la producción o reducirla drásticamente. Incluso algunas soluciones permiten programar el uso del agua según variables en tiempo real, priorizando áreas críticas o aplazando riegos no urgentes.

El rol del diseño en la prevención

Así como en arquitectura urbana se habla de «diseño resiliente», en entornos rurales también es posible pensar el diseño de instalaciones con una lógica preventiva. Galpones, corrales, sistemas de riego y caminos internos pueden pensarse desde su concepción para optimizar el uso del agua, captar escorrentías o minimizar pérdidas.

Los techos inclinados para recolectar agua de lluvia, los canales que dirigen el excedente a reservorios, o los suelos compactados en zonas de paso para evitar erosión, son parte de una lógica de diseño que prioriza la eficiencia hídrica desde el inicio, no como respuesta improvisada ante la urgencia.

Cuando cada gota importa

Proteger una instalación rural frente a una sequía no se limita a juntar agua en recipientes grandes. Implica entender cómo se mueve ese recurso, qué consumos son prioritarios, qué infraestructura puede adaptarse mejor a contextos adversos y cómo combinar distintas tecnologías para sostener la operación.

La clave, en muchos casos, está en actuar antes de que la urgencia apriete. Porque cuando la sequía llega, lo que ya está instalado puede hacer una gran diferencia; pero lo que aún está en proyecto, tal vez llegue demasiado tarde.

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