Judiciales
Se suscribió a un plan de ahorro, licitó pero le cambiaron el modelo y pretendían hacerle tomar dos créditos
El cliente hizo juicio y consiguió la devolución del dinero.

Un cliente de Cipolletti que pretendía comprar una Toyota Hilux rescindió el contrato después de pagar 23 cuotas. Cuando quiso licitar le informaron que el modelo de vehículo escogido no se fabricaba más. Lo derivaron a una escribanía para realizar el cambio, pero le impusieron como requisito tomar dos créditos: uno prendario y otro personal. Hizo juicio y consiguió la devolución del dinero.
Según consignó en la demanda civil, el plan consistía en el pago de 72 cuotas mensuales, consecutivas y fijas. El consumidor tenía la posibilidad de licitar después de cancelar la cuota número doce o bien de salir sorteado. De todas formas licitó en la cuota número 23.
En ese momento le informaron que el vehículo ya no se fabricaba y que debía realizar un cambio de modelo por uno similar, pero de mayor valor.
En consecuencia lo derivaron a una escribanía de Cipolletti y en ese contexto, entre otros requisitos, le exigieron tomar un crédito prendario por 36 cuotas, más el seguro del auto y de vida y acceder a otro crédito personal a pagar en la misma cantidad de meses.
El cliente consideró que se encontraba ante un incumplimiento del contrato y lo rescindió. Después inició la demanda civil. La sentencia es de primera instancia y no está firme porque puede ser apelada. El fallo le otorgó la razón y condenó a la firma Podersa S.A de Capitalización y Ahorro para Fines Determinados a devolver el dinero abonado en concepto de cuotas, más intereses. También receptó los rubros por el daño moral y el daño punitivo. El primero hace referencia a las afecciones espirituales del consumidor por la frustración de su expectativa en la compra del vehículo. El segundo es una multa civil por el incumplimiento de la ley de Defensa del Consumidor. Se hizo mención al deber de información y a la redacción de ciertos artículos del contrato de adhesión que son de difícil comprensión y remiten a la realización de cálculos que no resultan sencillos para el nivel medio de los consumidores a los cuales se encuentra destinada la operatoria.
x
Un cliente de Cipolletti que pretendía comprar una Toyota Hilux rescindió el contrato después de pagar 23 cuotas. Cuando quiso licitar le informaron que el modelo de vehículo escogido no se fabricaba más. Lo derivaron a una escribanía para realizar el cambio, pero le impusieron como requisito tomar dos créditos: uno prendario y otro personal. Hizo juicio y consiguió la devolución del dinero.
Según consignó en la demanda civil, el plan consistía en el pago de 72 cuotas mensuales, consecutivas y fijas. El consumidor tenía la posibilidad de licitar después de cancelar la cuota número doce o bien de salir sorteado. De todas formas licitó en la cuota número 23.
En ese momento le informaron que el vehículo ya no se fabricaba y que debía realizar un cambio de modelo por uno similar, pero de mayor valor.
En consecuencia lo derivaron a una escribanía de Cipolletti y en ese contexto, entre otros requisitos, le exigieron tomar un crédito prendario por 36 cuotas, más el seguro del auto y de vida y acceder a otro crédito personal a pagar en la misma cantidad de meses.
El cliente consideró que se encontraba ante un incumplimiento del contrato y lo rescindió. Después inició la demanda civil. La sentencia es de primera instancia y no está firme porque puede ser apelada. El fallo le otorgó la razón y condenó a la firma Podersa S.A de Capitalización y Ahorro para Fines Determinados a devolver el dinero abonado en concepto de cuotas, más intereses. También receptó los rubros por el daño moral y el daño punitivo. El primero hace referencia a las afecciones espirituales del consumidor por la frustración de su expectativa en la compra del vehículo. El segundo es una multa civil por el incumplimiento de la Ley de Defensa del Consumidor. Se hizo mención al deber de información y a la redacción de ciertos artículos del contrato de adhesión que son de difícil comprensión y remiten a la realización de cálculos que no resultan sencillos para el nivel medio de los consumidores a los cuales se encuentra destinada la operatoria.
Judiciales
Sentencia ordena el cese de una cuota alimentaria porque los hijos ya tienen 26, 27 y 37 años
La Justicia hizo lugar al pedido de un hombre jubilado que aún pagaba alimentos pese a que sus hijos son mayores y autónomos.

Una sentencia ordenó el cese de una cuota alimentaria que un hombre pagaba desde hacía años a favor de sus tres hijos, quienes actualmente tienen 26, 27 y 37 años. La decisión se tomó luego de que el progenitor solicitara formalmente el cierre de la obligación, al considerar que la mayoría de edad y autonomía de los hijos tornaban improcedente la continuidad del régimen de alimentos. El hombre se había jubilado como policía federal.
Según surge del expediente, el pedido se presentó en noviembre y fue acompañado por las partidas de nacimiento. La jueza de Viedma verificó que los tres hijos habían superado ampliamente la edad prevista por la ley para la vigencia de la obligación alimentaria. Tal como indica la sentencia, «habiendo en consecuencia cesado ipso iure la obligación alimentaria del progenitor a su respecto», de conformidad con los artículos 658 y 663 del Código Civil y Comercial.
El fallo utiliza la expresión latina ipso iure, que significa «por el propio derecho» o «por el solo efecto de la ley». En este tipo de casos, implica que la obligación de pagar alimentos cesa de manera automática cuando los hijos alcanzan la mayoría de edad, sin necesidad de una resolución previa, salvo que existan circunstancias excepcionales que deban ser acreditadas.
De acuerdo a la normativa vigente, el cese de la cuota alimentaria requiere una solicitud previa por parte del aportante, no se realiza automáticamente.
El Tribunal resolvió hacer lugar al planteo del alimentante y ordenó el cese inmediato de la cuota que beneficiaba a los tres hijos adultos. Además, dispuso notificar a la persona que estaba autorizada a percibirla y emitir oficio a la Caja de Retiros, Jubilaciones y Pensiones de la Policía Federal para que deje sin efecto la retención.
Judiciales
Caso Mandagaray: El STJ rechazó que el caso vaya a la Corte porque no hay sentencia definitiva
El máximo Tribunal provincial sostuvo que el planteo es prematuro y que el expediente debe continuar en la Justicia rionegrina.

El Superior Tribunal de Justicia de Río Negro (STJ) rechazó el Recurso Extraordinario Federal en la causa donde se investigan responsabilidades por la muerte de Gabriel Mandagaray. De esta manera, el proceso continúa en el ámbito provincial y el próximo paso será el pronunciamiento del Tribunal de Impugnación. El máximo órgano rionegrino sostuvo que el planteo resulta prematuro, ya que «la sentencia objetada no posee la condición de definitiva ni equiparable».
El fallo recuerda que la resolución impugnada, que ordenó un nuevo examen integral, «no concluye el proceso, no define responsabilidad penal ni clausura la persecución, sino que se limita a disponer la nulidad de la revisión realizada por el TI 2 y a reenviar las actuaciones». En consecuencia, explicó el STJ, el agravio alegado «recién adquirirá entidad a los fines de la vía excepcional una vez emitido el pronunciamiento final».
La Corte Suprema tiene una doctrina de no admitir recursos cuando la sentencia no es definitiva. En el fallo se sostiene que «la ausencia del requisito de definitividad no se suple por la invocación de arbitrariedad o de garantías constitucionales que se estimen vulneradas».
Además, el STJ señaló que los recursos federales interpuestos no satisfacen los requisitos formales de la Acordada 4/2007 de la Corte Suprema. En el texto se consigna que las presentaciones «no desarrollan un relato claro y preciso de todas las circunstancias relevantes del caso», «no demuestran el gravamen ocasionado», «no refutan todos y cada uno de los fundamentos» de la sentencia impugnada y «no ponen en evidencia que medie una relación directa e inmediata entre las normas federales invocadas con lo debatido y resuelto en el caso».
Judiciales
Ordenaron la captura nacional e internacional de uno de los fugados de la Comisaría 3° de Roca
Se trata de Luca Nicolás Torres, uno de los acusados del crimen de Julián Dobra.

Este mediodía (04/12), tras la notificación de la fuga de la Unidad Policial de uno de los imputados que cumplía prisión preventiva en el legajo donde se investiga el homicidio de Julián Dobra, el Ministerio Público Fiscal solicitó que se ordene su captura nacional e internacional. Se trata de Luca Nicolás Torres, de 18 años de edad.
«Alrededor de las 2.05 de la madrugada recibimos la información del personal de la Comisaria que dos personas se habían dado a la fuga. Una de ellas es este imputado, que inmediatamente se dispuso la búsqueda con la Brigada Judicial de investigación y con canes», explicó el fiscal del caso.
El otro fugado es Ramiro Ezequiel Sosa, quien se encontraba cumpliendo una pena efectiva desde el 20 de octubre de este año, tras haber sido detenido por una causa de robo.
«Solicitamos que se libren los oficios pertinentes tanto a la Policía Federal, a Interpol, a Gendarmería Nacional, policía de Seguridad Aeroportuaria, Prefectura Nacional y Jefatura de Policía de Río Negro», detalló la Fiscalía.
La querella adhirió al pedido, no hubo objeciones por parte de la defensa penal pública. El juez de Garantías resolvió en el mismo sentido que lo solicitado.








