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Opinión

Transitando el presente para consolidar la nueva escuela

Nota de opinión por César Mario Floriani, Supervisor Educación Primaria. Ex-secretario General de UnTER.

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El aislamiento social preventivo y obligatorio rompió con todos los esquemas y dinámicas escolares que veníamos construyendo desde estos últimos 200 años. Tuvimos que adaptarnos drásticamente a las “nuevas” tecnologías, la virtualidad, el trabajo remoto desde casa, las planificaciones online, el manejo de los dispositivos electrónicos, la espera del informativo por TV para enterarnos si hay un caso más de infectados, pasaron a formar parte de una cotidianeidad jamás pensada. Docentes y familias pasan horas, entre Zoom, Meet, WhatsApp, e-mail, blog, y distintas producciones digitales, explorando las nuevas aplicaciones y conversatorios para sostener la continuidad pedagógica en el medio de tanta incertidumbre. El vínculo con las familias no solamente es pedagógico, surgen otras necesidades: económicas alimentos, medicamentos, asistencia psicológica, informan sobre el contagio de COVID-19. Hoy más que nunca la escuela es la caja de resonancia del conflicto socioeconómico.

La comunicación formal e institucional se lleva adelante desde los Blogs de cada escuela. Esta plataforma cumplió un papel fundamental en los primeros tiempos de la pandemia. Allí se concentró toda la información necesaria para que los/las estudiantes junto a sus familias, pudieran desarrollar las propuestas escolares siempre y cuando dispongan de conectividad.

El derecho a la educación se ve condicionado por la falta de dispositivos y la mala o nula conectividad que hay en algunos hogares. En estos casos, las/los estudiantes acceden a las propuestas escolares a través del formato papel. La distribución de los módulos alimentarios o cajas de frescos, es la oportunidad para intercambiar las tareas, otras veces son llevadas a domicilio. La intención es sostener la continuidad pedagógica y recuperar y/o fortalecer el vínculo con estudiantes y su familias. Los cuadernos elaborados por nación resultan un complemento junto con los programas educativos de la TV pública.

Según las posibilidades de acceso, los/las docentes reinventan distintas estrategias para encontrarse con sus estudiantes, en pequeños grupos, en parejas, profundizando el trabajo personalizado. Se tiene en cuenta las distintas dinámicas familiares, que con la apertura de las actividades económicas, resulta más difícil mantener el contacto en el horario del turno escolar correspondiente.

Lo que sucede en los hogares impacta de manera positiva o negativa en el aprendizaje de las propuestas escolares. Hay manifestaciones de mucha angustia por pérdida del trabajo, enfermedades; miedo e incertidumbre se entremezclan con las obligaciones y responsabilidades en casa. Para algunos este tiempo está resultando muy difícil. La idea es que puedan acompañar, organizando el horario y espacio para estudiar, pero no reemplazar al docente esa es la consigna.

El Ministro de Educación de la Nación Prof. Nicolás Trotta expresó la complejidad para volver a las aulas y que dicha vuelta será escalonada y por Jurisdicción según los establece la Resolución del C.F.E. N° 370, sabemos de la complejidad sanitaria y pedagógica pasados estos 200 días de aislamiento, por ello buscamos fortalecer los vínculos y las acciones pedagógicas para poderles brindar a nuestros estudiantes saberes de calidad.

El colectivo docente redobla esfuerzos y creatividad para que este tiempo de pandemia resulte una experiencia inclusiva, de integración a lo común, de pensar este tiempo en conjunto, un tiempo de cuidado propio y cuidado comunitario, también de la cultura, de pensar y armar un mañana entre todos y todas.

Se lleva adelante un importante trabajo colectivo-virtual al interior de cada escuela: la selección de contenidos prioritarios básicos a trabajar durante este año, resultarán una guía constante a la hora de planificar los proyectos o secuencias didácticas; articulación entre grados paralelos y ciclos, elaboración de propuestas que contemplan las distintas áreas del conocimiento de manera interdisciplinaria, impacto de la propuesta sincrónica y asincrónica, uso de las nuevas tecnologías; instancias para evaluar de manera conjunta el avance de los dispositivos implementados, los intereses y motivaciones de niños y niñas como también la respuesta de cada familia, apuntando a la construcción de nuevos modos y formas de hacer escuela.

Para el diseño de la planificación en este contexto extraordinario se abordan los siguientes ejes:

  • Alfabetización inicial ( lectura y escritura en distintos formatos)
  • Alfabetización avanzada (comprensión y producción de textos).
  • Alfabetización Matemática (razonamiento, estadísticas, tiempo, medidas, probabilidades, cálculos, etc).
  • Alfabetización Digital y Científica (vinculada al fenómeno de la pandemia, virus, gérmenes, bacterias, vacunas, prevención, etc.).
  • Problemáticas socioambientales: desde sociales problematizar la situación que estamos viviendo, usando textos variados como disparadores del análisis de la realidad, el rol de las nuevas tecnologías, la comunicación la información, calentamiento global.
  • Respetar al otro como sujeto pleno de derechos, acordar un nuevo contrato pedagógico, sin dejar de lado, lo afectivo, lo comunicacional, los vínculos (ESI).

Las complejas condiciones en que enseñamos hoy, pueden ser una oportunidad para construir prácticas de enseñanzas relevantes, memorables y transformadoras como expresa Mariana Maggio.

La Magíster Rebeca Anijovich recomienda transitar “de una retroalimentación de transmisión a una retroalimentación de diálogo“, así como “favorecer un equilibrio entre las retroalimentaciones que se focalizan en las fortalezas de los desempeños y las que se focalizan en las necesidades de mejora”. La especialista remarca que la retroalimentación tiene una influencia muy poderosa en el aprendizaje, pero su impacto viene determinado por las condiciones en que el docente la realice.

En este marco, uno de los desafíos pedagógicos centrales es seleccionar y priorizar información de avance y de logros que permitan dar cuenta de todo lo que los estudiantes están aprendiendo en sus casas.

En este sentido tenemos que seguir consolidando la implementación de la evaluación formativa como herramienta de recolección de evidencias con la utilización de variados instrumentos (portfolio, rúbricas, lista de cotejo, mapa conceptual, cuestionarios, reportes escritos, maquetas, Power Point, editar videos/ Podcast, producciones digitales, padlet, múltiple choice, foros de discusión, archivos compartidos, completar formularios de encuestas de google, etc.), y metodologías (auto-co-evaluación y evaluación grupal) que involucra a los y las estudiantes y sus familias en la valoración de sus aprendizajes y desempeños. Es necesario redefinir el contrato pedagógico sobre las condiciones y criterios de evaluación, buscando acuerdos y consensos con estudiantes y sus familias para poder sostener el vínculo pedagógico.

El rol de los equipos de conducción es clave en la vida de las escuelas, y más aún en contextos de emergencia y vulneración de derechos. La planificación estratégica permite acompañar a quienes lideran el cambio, de forma que acompañen a sus equipos docentes en asegurar las condiciones de seguridad y sostenimiento de la continuidad pedagógica”, plantea Luisa Brumana, representante de UNICEF Argentina.

Las autoridades educativas deben reconocer todo el esfuerzo realizado por las y los docentes y las familias, que con su propios dispositivos y conectividad, están aportando al derechos social de la educación, consagrado por ley. Además tienen la responsabilidad de proveer internet libre y dispositivos que les permita a las familias más vulnerables ser parte del mundo y no seguir “desconectadas”. Comenzamos a transitar la última etapa del año, y llegará el momento de cuestionarnos y evaluarnos.

¿Cómo fue la relación con estudiantes, con las familias, con la comunidad, entre docentes? ¿La institución fue aprendiendo, la experiencia construida permitió rediseñar, transformar, innovar? En esta balanza deberán estar los logros y los desaciertos, dificultades y soluciones, dilemas y problemas. ¿Cuál será la base de la información para finalizar el 2020, y cómo se podrá encarar el 2021? Aquí estarán las respuestas de la escuela que se viene.

Las ESCUELAS ESTÁN ABIERTAS sigamos dando clases con la “tiza electrónica” y la “lámina digital”, pues entonces, al decir de Pichón Riviére planifiquemos la esperanza dándole valor subjetivo y social a los proyectos, humanicemos las nuevas tecnologías para alojar a las familias que más lo necesitan, agudicemos la escucha y utilicemos una multiplicidad de lenguajes para recuperar las voces de los niños, niñas y adolescentes, la educación estará completa si la enriquecemos con una caricia al alma, enseñar desde el afecto como refiere Carlos Skliar.

César Mario Floriani
Supervisor Educación Primaria. Ex-secretario General de UnTER.

Opinión

Las Universidades, para qué?

Nota de opinión por Federico Vasches, integrante del Observatorio de Políticas Públicas y Sociales de Río Negro.

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En estos días es habitual oír los problemas que enfrenta el sistema educativo, por el desfinanciamiento que está sufriendo. 

Y rápidamente podemos preguntarnos cuál sería el problema y por extensión, por el rol clave que deberían cumplir, en especial las universidades. 

En primera medida servir de espacio de contención socio cultural para quienes pretendan formarse y contar con nuevas herramientas para avanzar en la vida, y segunda y quizá tenida menos en cuenta, generar conocimientos valiosos para la comunidad en su conjunto. 

Si hay algo que uno espera de la educación superior, (de las universidades) ese lugar donde se produce el conocimiento, es que corran los límites, que vayan más allá, que incomoden todo aquello que sea necesario para poder avanzar. 

En este sentido, las ciencias sociales, esas con las que convivimos, ya que nos revisan en eso que nos define como sociedad, como individuos y como humanos, tendrán mucho para aportar. 

Claramente el estado, pero no únicamente el nacional, decide qué financiar y por ende qué no. Pensemos por un momento un gobierno provincial e inclusive algunos gobiernos locales (municipio y comunas), financiando proyectos de investigación en la creencia y seguridad de que eso que se investigue, aportará nuevas ideas, conocimientos y herramientas para su gestión. 

Pero claro, hoy pareciera que las cosas son distintas. Quienes ocupan cargos de gestión, con su trabajo cotidiano nos responden a la preguntá ¿qué se hace?, ya que es su cotidiano. Mientras que quienes investigan en políticas públicas, ciencias de la administración y todo lo referido a la administración pública, nos responderían a ¿qué se podría hacer? 

Hay algo hasta increíble en la separación que tiene hoy la academia con la gestión gubernamental, los investigadores en lo estatal por un lado y los cargos electivos y funcionarios por otros. Si bien son dos conocimientos diferentes, el que se consigue estudiando y el que se consigue haciendo, en algún momento deberían encontrarse. 

Pero claro, quién financiaría aquello que lo incomode, que lo exhiba, que revele sus falencias, inclusive aparece cierta complicidad por parte del sistema ya que esos avances pueden a las claras incomodar la capacidad de gestión de quienes ocupan cargos en las propias instituciones educativas. 

Complicidad de dos lados, dos caras de una moneda que lógicamente no se encuentra, más que en un borde que investiga y aporta sobre cosas cómodas, relatos de una historia sabida y que recopila los datos ya conocidos. 

En esa misma rueda, los trabajadores de la investigación atrapados, ya que se les reconoce y se los obliga a investigar y se les financia aquellas cosas que no molesten. 

Existen problemas de financiamiento, claro, pero ojo no son los únicos. 

Si queremos salir de los problemas que presenta el sistema, sin salir del sistema, deberemos cambiar lo que se deba, corregir lo que se necesite y abrir las administraciones. 

Conseguir que política y conocimiento se amiguen, caso contrario el pozo será cada vez más hondo y la falta de dinero, pasará a ser, el menor de los problemas. 

Federico Vasches
Integrante del Observatorio de Políticas Públicas y Sociales de Río Negro.

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Opinión

Del otro lado, nosotros

Nota de opinión por Federico Vasches, integrante del Observatorio de Políticas Públicas y Sociales de Río Negro.

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En estos tiempos tan veloces de vivir, son pocos los momentos en que nos detenemos a tratar de comprender qué nos pasa, más allá del bolsillo.

Ahora es fácil confundir el síntoma con la causa, la consecuencia con la fuente del problema. Seguir discutiendo en circularidad de lo obvio: el dinero no alcanza. Cuando, en realidad no somos capaces de repensar qué es lo que genera la situación.

Entonces traigo tres dicotomías tan vigentes y actuales (y pasadas, si lo son), como necesarias para incorporar, quizá mate mediante en un momento de reflexión:

La primera responde a la pregunta, ¿dónde estamos?

Rápidamente comprender que estamos inmersos en un sistema democrático, que es abonado por todas y todos, ejercido por las instituciones del estado, pero que muchas veces quien gobierna, impone, crea y establece las condiciones de gobernabilidad, traza las políticas e inclusive el plan de gobierno, es el poder económico privado. Nacional e internacional.

Lo que quiero aportar aquí es esta dicotomía de los “jugadores” de adentro y de afuera del sistema. Vecinas y vecinos serán de afuera, pudiendo aportar con sus participaciones a quienes sí están adentro, la clase dirigencial, políticos y funcionarios públicos. Pero ojo, no seamos tampoco ingenuos, porque quizá hasta ellos mismos, están afuera del sistema de decisión, del poder real. Su único diferencial es conocer el sistema, ser conscientes de su lugar y cumplir con su papel, hacer como que deciden, emular que pueden, abonar alguno de los dos lados de una grieta que no existe como tal.

Para la segunda pregunta, debemos pensar, ¿qué nos ofrecen?

Es que claro, si ellos que son quienes ocupan los cargos públicos, que los elegimos para que gobiernen, no pueden hacerlo porque a su vez son condicionados por los poderes económicos concentrados nacionales, qué nos queda esperar a los demás?

Por lo pronto comenzar a comprender esta segunda dicotomía en la que usualmente nos empantanamos al momento de relacionarnos con ellas/os, y que comprenderla nos dará la libertad de saber qué se nos dice. Esta dicotomía es doble, ya que confundimos los productos del accionar del estado con resultados de la política pública desarrollada y a la vez, el diagnóstico de la situación, con la posibilidad real de avanzar y construir propuestas.

Daré un breve ejemplo: una campaña de vacunación que alcance las 50 personas diarias evidentemente da cuentas de un trabajo (producto – personas vacunadas), pero no de un resultado ya que desconocemos el punto de partida, la situación problemática que se pretendía abordar y acaso el nivel de esfuerzo institucional comprometido y previsto (¿qué tasa pretendíamos mejorar con la vacunación? ¿Queríamos vacunar 50 o quizá el doble y no pudimos?). En este mismo sentido el diagnostico es necesario para saber dónde estamos, qué nos falta, cuál podría ser un punto de partida. Pero solo es eso, un estado de situación. Se requiere entonces avanzar, trascender, comprender que eso es la base a considerar para planificar propuestas que mejoren ese punto de partida. El diagnóstico lo podemos compartir casi todos, pero el plan de acción seguramente tenga lógicas y necesarias resistencias.

Para la tercera pregunta y la más complicada, debemos enfrentar un, ¿qué necesitamos?

Claramente es mi opinión, y parte de considerar que la mejor manera de cambiar las cosas, es participando activamente, conociendo las reglas y teniendo las herramientas y recursos contextuales para ser parte de una construcción que permita dar discusiones, debates e incidir en el diseño y ejecución de lo público.

Por ello, la tercera dicotomía propone que no necesitamos mártires, sino líderes. Esa idea remanente de los héroes en la historia que lo han dado todo por la liberación de los pueblos, de alguna manera invita a pensar en luchas colosales y sobresalientes de pocas/os iluminados y claramente la historia argentina de los últimos 200 años da cuenta que, si a esos proyectos no se los nutre de ideología de compromiso, se los oxigena con carne y participación, mueren antes de iniciar, o se extinguen con su fundador.

Aquí aportar otra dicotomía que se desprende del sistema y es actual en términos de no aportar más que nombres sin proyecto, y es que, no es lo mismo ganar una elección que gobernar. Esas alianzas que dicen lo que se quiere escuchar, o que apelan a lo que el otro ha hecho mal, por sobre proponer hacia dónde, ganan es cierto, pero rápidamente quedan expuestas al momento de tener que avanzar y resolver cómo y qué hacer dentro y desde el estado. Discursos biensonantes sobran, quizá lo que falta es conocimiento sobre el funcionamiento de la cosa pública, para tratar de comprender si eso que han planteado, es posible, probable, realismo mágico o acaso legal.

Poco tiene que ver la legitimidad que otorga un cargo ganado con la capacidad de gestionar programas y proyectos, todas/os votamos a un par que quizá nos cae bien, pero el haber sido votado no garantiza ni eleva a nadie por sobre la masa. Ese será el rol y desafío que el líder deba emprender en una comunidad politizada, conocedora y sobre todo con la claridad para defender lo propio.

Al final y del otro lado, nosotros tratando de comprender para dónde va la cosa, quizá no sea mucho, pero espero que alguna de estas ideas, de estos conceptos, de estos interrogantes queden resonando y permitan idolatrar un poco menos y comprometerse a debatir un poco más.

Federico Vasches
Integrante del Observatorio de Políticas Públicas y Sociales de Río Negro.

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Opinión

¿Por qué marchamos?

Nota de opinión por Nicolás Rochas, apoderado Frente Renovador Distrito Río Negro.

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Nunca nadie que haya llegado al cargo de Presidente había confesado abiertamente, que a su entender, el Estado Nación es «el problema». Porque destruir el Estado no nos hará libres, simplemente nos expondrá ante el mundo casi como bienes fungibles, una nueva especie de res nullius en un planeta organizado en torno a países soberanos.

Marchamos porque no se trata de estar «en contra», sino de advertir las consecuencias de decisiones nefastas y evitar pérdidas que serán irreparables.

Porque gobernar es asignar prioridades y no puede estar antes la ganancia de un banquero que la comida de la gente.

Porque la inflación no puede detenerse a fuerza de pulverizar el salario.

Porque la Cultura, la Ciencia, el Deporte o el Arte, nunca (jamás) son un gasto, sino la inversión a través de la que un pueblo se expresa, se identifica, se distingue y crece.

En poco más de un mes, el gobierno de Javier Milei devaluó en más del 100% la moneda, quitó subsidios, subió tarifas, frenó la obra pública, desfinanció al Estado (tanto Nacional como a las provincias) y desprotegió a todo inquilino, consumidor o usuario. El precio de los alimentos se dispara día a día, pero aún más se le adelantan los medicamentos. Hay una confesa pretensión de asignarle a la recesión la estrategia para frenar los precios (macabra convicción, la de pensar que «no hay inflación en los cementerios»).

En nuestra historia democrática jamás tuvimos un gobierno tan disociado de la realidad, tan ajeno al padecimiento, tan insensible y brutal.

Ganar el balotaje le otorgó la legitimidad para el ejercicio del Poder Ejecutivo, no la adquisición llave en mano de un país (que le avisamos: no está en venta). Ser el Presidente le da facultades para administrar los recursos del Estado, no la Suma del Poder Público, ni el cúmulo de facultades con que los constituyentes contaron en la conformación de la república. También por esto marchamos, para recordarle conceptos tan básicos que parecen habérsele olvidado; premisas tan antiguas como sus recetas económicas del siglo XIX.

Buena parte de la sociedad argentina lo votó en la esperanza de un cambio. Pero ese cambio debe serlo en la mejora del conjunto, no en la aniquilación de todo lo que a su criterio configura “un gasto”. Cuando hablamos de Patria, País o Estado, no nos referimos a cifras, variables o estadística, sino a personas, individuos, ciudadanos. Existencias reales que comen, sufren y sienten; no son likes, ni visualizaciones; son angustias de padres, pies descalzos y pancitas que chiflan si no hay pan sobre la mesa.

Marchamos por la responsabilidad histórica que importa proteger la soberanía y por la sensibilidad social de cuidar a los que menos tienen. Marchamos para advertir sobre las consecuencias que pueden ser aún más gravosas y para intentar corregir desequilibrios que se profundizarán de seguir el curso de las cosas. Marchamos porque es nuestro país el que están rifando, en un experimento en el que (como diría Serrat) «juegan con cosas que no tienen repuesto”. Por todo esto, y tantas otras cosas, el 24 de enero marchamos!

Nicolás Rochas
Apoderado Frente Renovador – Distrito Río Negro.

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